¿A DÓNDE VOLÓ MI SUERTE?

XX. El retorno.

#vuelveeldemonio

Abro mis ojos, parpadeo un par de veces y pienso en cual será él gran plan de hoy: NINGUNO.
Estoy totalmente quietesita en una cama, ¿por qué? paso a contar.

Un mes atrás...

Me desperté, me vestí y arreglé, no quiero que Encantador no me vea toda desgreñada y con mi ridículo pijama de conejitos e intente huir.

Hoy me dará explicaciones.

Salgo con sigilo e hispeo al sofá, nadie está.  Voy hacia el baño y la puerta está abierta, no creo que se atreva a usarlo así, compruebo por las dudas y, no está.

¡ESA RATA HUYÓ!

No le doy importancia, a lo mejor un tiempo para pensar será mejor.
Pero lod días pasan y él no da noticias. No sé si sea enojo por el rechazo o  vergüenza por el bochorno.
Ambas me importan un bledo, yo sólo quiero mi buena suerte, lo quiero a él.

Enojada, decido enviarle un mensaje:
«Oye tú, rata "encantadora", deja de hacerte el Rey. Hablame. No huyas con mi suerte.» —envio.

Otros dos o tres días pasaron y no me dijo ni "mu".
Si iba a huir con mi suerte o no, quería saberlo, así que insistí.

«¡¿Podrias responderme?! ¿qué pasa?» —envié de nuevo. Llamenme arrastrada, lo sé.

«Perdón. No huiré. Me voy de viaje pero volveré.» —respondió.

¡Acaba de abandonarme!
¡ A B A N D O N A R M E !

Un pequeño dolor se sintió.
Prometió quedarse, ayudarme, ¿y ahora?
Lo acepté pensado que cumpliría, que solucionaría mis desdichas, pero me dejó a la primera, me abandonó a mi suerte —que recordemos que es pésima—.

Ni Andrea me lo pudo creer cuando le conté pero es real.
El Encantador me estafó.

—Yo pensé que estarían juntos por siempre —dijo ella.

—Yo también lo pensé... —respondi.

Lo pensé sí, no en plan amoroso, es guapo sí pero no hay que confundir lo profesional con lo personal.

Segundos, minutos, horas, días, semanas, me llevó entender que esto era real. Que el se había odio y se había llevado mi suerte con él —o su suerte, mejor escrito—.

¿Saben cuando lo comprendí?
Cuando hace una semana, me caí en una súper alcantarilla, ¿cómo? Nadie se lo explica. Pero ahora estoy con una pierna quebradísima, toda raspada y moretoneada.

Encantador de los infiernos, está en mi lista de los malos deseos...

Y así es que estoy, un mes después del "supuesto viaje" de él, y, por su causa, a una semana de mi accidente.

¿Qué haré? Ni idea.
Quizás me cambie de la cama al sofá o me quede en la cama. Trabajar no puedo, una camarera en muletas, ¿vieron alguna vez? Pues no, sería un completo desastre. 

Todavía cada vez que Ernesta y Mamá coinciden en casa, se pelean brutal. Es un buen show, algo de diversión, pero ya pasó tres veces en una semana, y no quiero que vuelva a pasar ya que después tengo que escuchar reclamos de un lado u otro. Mejor no vengan hoy.

Agh, si tan solo pudiera comprar un kilo de suerte y tragarla. Pero no se puede, en su lugar pedí que me compraran helado y es lo que comeré hoy todo el día.