Dia helado parte uno

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El abrio los ojos y se encontro con la imagen de la chica dormida que se aferraba a su torso, era totalmente hermosa, Daring acaricio los castaños cabello de Cerise quien comenzó a despertar y parecía tener frio pero era obvio, estaban en pleno invierno, ella se froto los ojos con las manos y luego estornudo levemente, al rubio le pareció totalmente adorable la castaña, que se veía un poco resfriada.

—Eso susede por ir a nadar a media noche desnuda en el frío del bosque—dijo reprendiendola con dulzura, el tomo la frasada y la cubrió con esta—Lograste lo que parecia imposible, volverte aún más bella que la última vez que te vi.

—Daring ¿Por qué está aquí? No entiendo que haces conmigo si te ibas a casar con otra y ser feliz para siempre.

—Sin ti me felicidad no sería más que sólo una frase, ella dijo que me amaba pero no se rompió el hechizo y eso es porque supongo que debe ser un amor correspondido como en el cuento—el la beso en la frente y la abrazo—Quedemonos en cama todo el día.

—Me parece maravilloso—ella asomó la mirada a la ventana y vio que aún no salía el sol—Jet'aimé Mon Soleil.

Jet'aimé Ma Lune—ambos se quedaron dormidos entre los brazos del otro.

Varias horas después Daring se despertó a ir al baño y al ver su rostro en el espejo noto que era como antes, había vuelto a ser como antes pero si lucía así no tenía un pretexto para esta escondido con Cerise, lo ultimo que deseaba era dejarla.

—Daring—dijo ella desde su habitación, el salió del baño y entró al cuarto, ella seguía entre sus sábanas y el se acostó a su lado, ella lo vio y solamente le sonrió dulcemente.

—Volví a ser guapo.

—¿Alguna vez dejaste de serlo? No lo note—ella se aferró al pecho de Daring por el frío, el en toda la noche había notado algo, a la lobita le gustaba dormir en el lugar más cálido de la cama y para suerte de Daring ese citio era entre sus brazos—Ahora que luces como antes ¿Te irás?

—No quiero ir con Rosabella porque no deseo desposarla y si voy con mis padre de seguro ella también me quieren escoger, ¡NO!, ¡Imponer una esposa sin preguntar mi opinión!—sus ojos volvieron a tornarse del morado oscuro que tenían antes de que e rompiera el hechizo, sus colmillos empezaron a asomarse por sus labios y las afiladas garras comenzaron a aparecer. Ella lo tomo del brazo y al ver sus ojos la transformación se revirtio nuevamente—Lo pude sentir, me hiba a transformar. Eso significa que aunque quisiera no es seguro que vuelva a casa, creo que mejor me quedo aquí, contigo.

—Solamente estas buscando pretextos para nunca irte, por mi esta bien. Desayunaremos chocolate caliente y panqueques—ella se quitó el bluson y se colocó una camiseta grande manga larga con unos pantalones deportivos que le quedaban gigantes, mientras tanto los ojos de Daring la acechaban como si ella fuese una indefensa gacela y el un león hambriento, ella le lanzó una camisa más gruesa que la que el traía para que lo protegiera del frío invernal, la acción de ella lo sacó por completo de su mentalidad de depredador—Lamentablemente para ti tendrás que ayudarme a cocinar galán.

—Mmmm está bien pero te advierto que no se cocinar y todo será una caos.

Como el dijo hicieron un caos la cocina pero se divirtieron, cuando terminaron de preparar el desayuno fueron junto a la chimenea a comerlo y se acurrucaron juntos después de terminar todo lo que tenían es sus platos, ella le tomó de la mano, al verla noto un brillo en su mirada y supo que ella planeaba algo.

—¿Qué tienes en mente?—dijo coquetamente para su hermosa amada.

—Patinemos en el lago y juguemos en la nieve un rato, ¿Qué dices?—dijo ella dulcemente con una enorme y inocente sonrisa. El sentía como esa dulce sonrisa derretida todo en el y el brillo de los ojos azul grisáceo de Cerise le encantaba.

—Vamos.

Ambos estuvieron todo el dia jugando en la nieve, patinaron sobre el lago que se encontraba congelado, hicieron muñecos de nieve, guerras de bolas de nieve y pasearon en trineo.

—Vamos a tirarnos en el trineo desde ahi—dijo el rubio señalando una pequeña montaña cubierta por la nieve blanca—Claro, a menos que te de miedo.

—¡Ja! Eso nunca—ambos subieron con el trineo a la montaña y se tiraron sobre el trineo, ambos cayeron al final del recorrido y el quedó sobre ella—Mon beau amant.

—Necesito urgentemente repasar el francés, creo que debo empezar por los besos en francés—se inclinó y la beso en los labios, comenzó solamente con los labios pero sus lenguas comenzaron a buscar ansiosamente a la del otro, el calor del beso era capaz de derretir la nieve, la última vez que se besaron con tal intensidad había sido hace años en la biblioteca del Palacio de Los Charming y las cosas casi llegaron a mayores—Te amo.

—Y yo más—dijo algo sonrojada, estaba algo nerviosa de que las cosas pudieran llegar a mayores lo cual era irónico pues la última vez fue ella quien lo propuso pero ya no era tan joven e ingenua como antes, sabía que ya no era una niña imprudente que podía hacer lo que fuera sin antes tomarse el tiempo de pensar las consecuencias—Hagamos un muñeco de nieve.

—Mmmm tengo una mejor idea—dijo viendo el cielo el cual comenzaba a oscurecer, el le dio un trago al termo en el cual llevaban chocolate caliente—Mejor vamos a descansar.

El sol bajo transformando el dia en noche y ambos a la cabaña, prendieron la chimenea, colocaron sábanas y cojines frente a esta, dormir era lo último que pretendían, destaparon una botella de vino tinto.

—No puedo creer que pasamos tanto tiempo afuera con este frío—dijo acercándose a la chimenea, el solamente traía unos pantalones de pijama, ella solamente una blusa y un short para dormir de seda.

El la abrazo por la espalda y le comenzó a besar el cuello de Cerise..............

Desafiando Al Destino: DariseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora