Capítulo 5

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Me cuenta superar e olvidar las cosas negativas que me pasan en mi vida o las decepciones que he tenido, pero ahora realmente estoy tipo en shock. No me esperaba que el chico atractivo, ojos claros y cabello rubio, quién creí que estaba estudiando psicología y que era relativamente "normal" dentro de la sociedad, no es nada y nada menos que un asesino.

Le quitó la vida a otra persona, me cuesta asimilar que estoy hablando del mismo chico que tengo al frente, con mirada desafiante y con orgullo.

¿Por qué mató a ese alguien? ¿Quién era ese alguien? ¿Merecía morir esa persona?... No sé.

Además, fue cuando él solo tenia doce años. A esa edad aún uno está descubriendo la vida. Yo a esa edad aún jugaba con tierra, literalmente. Hacía pasteles de barro.

Siguen presentándose los demás chicos. Habían ladrones, drogadictos, otros que se han portado mal y por último había uno que abusó de una prima, pero les prometo, todas las caras de estos reos me decían que estaban arrepentidos.

No sé notaba que habían cometido un delito. Todo lo contrario, yo creo que si los hubiera conocido en la calle, jamás se me hubiera pasado por la mente que ellos puede en algún sentido, un peligro para la sociedad.

El abusador se llamaba Javier. Se notaba a un kilómetro y medio que estaba arrepentido. Él tiene veintitrés años. Es alto, mucho más que yo, él podrá medir como un metro ochenta y tanto, mientras que yo con suerte mido un metro sesenta y dos.

Lo sé. Soy bajita y flacucha. Tengo curvas, un poco de delantera y un patio trasero normal, ni tan tan grande y ni tan chico -hablo de mi trasero-, pero me cohíbe mostrar mucha piel, tengo miedo de que me vuelva a pasar lo mismo de hace años, por lo mismo les tengo bastante miedo a los hombres, aunque suena feo decirlo en voz alta.

Me cuesta entrar en confianza.

Volviendo al tema de Javier. Él es moreno, ancho de hombros y también de caderas. Es gigante a compararse a mi.

Lo quedé mirando durante unos segundos después que se presentó. Parecía relajado y sin preocupaciones. Se veía que es una persona normal. Él me miró e hicimos contacto visual. Creía que me iba a intimidar su mirada, pero ocurrió todo lo contrario. Su mirada era cálida y gentil. Me regaló una sonrisa después de los segundos y provocó que me pusiera del mismo color que la nariz de un payaso.

Sentía la mirada de alguien sobre mí. Giré mi vista hacia el frente y me topé con los ojos de Austin alías el Junior. Su mirada era intimidante. Me da escalofríos tener su mirada sobre mi y hacer contacto visual con él. Él es el tipo de persona a quién le temo y me alejo lo más posible de ellos.

Terminaron de presentarse todos y el profesor Octavio habló;

-Ahora que terminamos. Nosotros no vinimos aquí a juzgarlos por su pasado o por lo que son ahora mismo, todo lo contrario, venimos a ser de ayuda. -empezó hablando el profesor- Aquí tenemos futuros psicólogos. Más de alguno de ustedes les gustaría hablar y desahogarse. No es malo sacarse el peso de encima. Ellos no lo juzgaran, ellos los ayudaran a superar su pasado y seguir adelante.

Levanté mi vista hacia Austin otra vez y como ya de costumbre, me está mirando. Giro mi vista hacia la izquierda y veo a Javier mirándome, otra vez me sonríe. Vuelvo mi mirada a Junior y él está mirando a Javier, pero cuando me vuelve a mirar, con sus gestos me dice algo como «¿Por qué lo miras?» y tiene cara como de asco.

Vuelvo a escuchar a al profesor Octavio mejor.

-Cada uno de ustedes. -apuntó el profesor a los reos- elige con quien hablar. Así que, elijan.

Él tiene un pasado oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora