La pareja de payasos subió al auto, que estaba perfectamente pulido y perfumado. Sin duda era una ocasión importante, ya que el peliverde siempre preparaba perfectamente todo si era algo que marcaría la diferencia.
El le abrió la puerta a Harley, lo cual hizo que quedar extrañada, ya que él nunca tenía esos detalles con ella, pero de igual forma ingreso en el auto al igual.
-¿A donde iremos Puddin?- preguntó la rubia cuando vio a su amado entrar en el auto.
-Haremos algo importante- contesto el con un tono serio -Y no te repetiré que no le llames Puddin.- dijo fulminando a la arlequín.
-E-está bien Pu... Mr. J- se corrigió temerosa de que el le hiciera algo, pero por el contrario el solo lo dejo pasar y encendió el auto.Luego de un par de horas llegaron a una especie de club nocturno. Tenía en lo más alto del edificio un letrero algo gastado que decía "Sin City"
J solo sonrió de lado y bajo del auto, seguido de su compañera.
-¿Que hacemos aquí Mr. J?- preguntó la rubia algo tímida mirando el gran letrero
-Voy a ver a un amigo -contesto el sin borrar su sonrisa -Y tú, harás exactamente lo que yo te diga- dijo mirándola
Ella asintió algo asustada, pero dentro de ella estaba muy feliz, ya que su pastelito la llevó a ver a alguien que parecía ser importante
-Bien, ahora mueve el tracero mujer- soltó una carcajada y comenzó a caminar con la rubia de su brazo.
(Reproducir canción del inicio)
Al momento que entraron un hombre vestido formalmente les dio la bienvenida
-Mr. J, le doy la bienvenida- pronunció haciendo un ademán -El jefe ordenó que lo lleváramos al área VIP a usted y a su acompañante- prosiguió mientras le lanzaba una pequeña mirada a la pequeña Arlequín quién se encontraba tras el brazo de su amado. Quién se limitó a asentir con desprecio para después comenzar a caminar detrás de dos edecanes que salieron tras la llamada del joven asistente.
-Cuidado con tu pez, aquí cualquiera te lo podría quitar- la voz en la cabeza de Harley comenzó a molestarla -"Cállate, el mi puddin jamás me traicionaría"- refutó ella -Cómo digas-
Sus pensamientos fueron interrumpidos ya que su amado se había detenido en la entrada de un cuarto con puertas de vidrio en negro y de nuevo el nombre del lugar.
Ambas edecanes abrieron con lentitud las puertas dejando ver al anfitrión y dueño del lugar sentado en un largo sillón que rodeaba una mesa-"J" que gusto verte de nuevo viejo amigo- dijo aquel pelinegro levantándose y dedicándole una sonrisa a la joven pareja -Bienvenidos a La Ciudad del Pecado-
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The Beginning Of The End
FanfictionDicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso solo lo volvió loco.