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séptimo halloween

"She had a face straight out a magazine, God only knows, but you'll never leave her"
séptimo halloween junto a Maks

Me pasé todo el año viendo como cambiabas, poco a poco, sin prisas.
Primero dejastes de dar las gracias y pedir las cosas educadamente, después dejastes de salir los sábados a tu césped disfrazado y empezaste a salir para con un grupo de chicos mayores, empezaste a rodearte de malas influencias. El Maks que yo conocía se había ido, el que quería había desaparecido y me encontraba amando a una sombra de lo que fuiste. Me eché toda la culpa de tu nuevo comportamiento, era yo el que te había hecho tanto daño como para conseguir que mi padre estuviese orgulloso de mi. Ni si quiera había valido la pena, lo conseguí durante un tiempo pero después dejó simplemente de prestarme atención.
Tú, el vecino problemático que acabaría en el infierno ya no me hacías caso.

Este Halloween no te presentaste en mi casa, pude ver con mis propios ojos como mirabas a mi ventana, sonreías y te ibas con tus otros amigos, me lo merecía. Yo era el que mientras te acosaban se quedaba quieto porque pensaba que era lo mejor. Pensaba por un momento que nuestra amistad estaba mal y que simplemente tu necesitabas ser corregido. Qué equivocado estaba.

Pasé dos horas dentro de la cabaña del árbol, aquella que había sido testigo de nuestro último día de felicidad compartida. Aquella que guardaría nuestro secreto, nuestro felices por y para siempre.Aquel Halloween que plantó un antes y después en nosotros desde muy pequeños. Éramos muy pequeños para todo lo que nos estaba pasando.

– Tú, Asher —Escuché tu voz— Sal de la caseta esa, pareces un bebé.

Al asomarme te vi junto a todos tus amigos, llevabas el pelo revuelto y una sonrisa socarrona.

– No me digas que el pequeño Ashy-Ashy está llorando, pobrecito aw

Mis ganas de llorar aumentaron, y en cierta manera ahí comprendí todo el daño que mi padre y yo te habíamos hecho. Tiempo después nos encontrábamos todos con sábanas en la cabeza disfrazados de fantasmas, en un círculo decidiendo que hacer.
Tus amigos discutían entre entrar al supermercado y robar algo o ir a algún descampado a hacer mierdas, finalmente nos encontramos dentro de un supermercado. La gente nos miraba raro Maks, ¡íbamos con las sábanas tapándonos! Si no hubiese estado cagado del miedo de robar lo hubiese estado de la vergüenza.

Recuerdo como me habías tirado de la mano para que te ayudase a robar las cervezas, el tacto de tu piel me sonrojó. Tu no te dabas cuenta, nunca te dabas cuenta de nada después de que te hiciera tanto daño.

– Tú —Me señalastes a pesar de estar los dos solos— coge algún paquete de cerveza.

– No voy a robar Maks. Me niego.

– ¡Joder! —Gritaste— No me vengas con mariconerías y coge las putas latas de cerveza Ashy-Ashy —Pronunciaste mi apodo asqueado y sin remedio las tuve que coger.

Estábamos a punto de salir junto a tus amigos cuando uno de los mayores se acercó a mí y quitándome la sábana en un movimiento brusco sacó a la luz todas las cervezas que llevaba debajo.

"– Eso si que es una cara bonita, ¿cómo te llamas?

Antes de poder responder le diste un puñetazo en toda la boca, el problema era que eras un niño de primero de la secundaria por lo tanto sólo le hizo cosquillas, aún así le seguiste pegando mientras murmurabas cosas como:

– Con él no, hijo de puta.

Antes de que nos diese tiempo las dependientas llegaban junto a los guardias de seguridad, todo paso muy borroso Maks. Tu corrías mientras te reías de mi y me decías que me lo merecía, estaba siendo arrestado: por tu culpa. Y no te entendía, hacía menos de cinco segundos le pegabas a  alguien por mí y ahora me dejabas a mi suerte. Y lo triste es que me lo merecía, porque yo anteriormente te había hecho aún más daño. Mas daño que el que me había hecho mi padre al recogerme de comisaría o el que tu me habías hecho llamándome débil.

Me merecía eso y mucho más, Maks.

— Asher.