No puedes arrancar el sol y cambiarlo por la luna
son mis manos tristes las que merodean esa pluma
el papel es mi precipicio y yo su vagante desnuda
Las finas lineas son trazadas en la noche oscura
soy aquella musa que ha pedido su cordura
la que en la tinta deambula
las palabras intimidadas corren al ver tanta locura
solloza el alma y ríe la agonía
era esa la espera eterna, el movimiento suplicante de la vida en el almíbar y la ambrosía
y ese día era su condena, las sujetaría y jamas las soltaría no les daría el gusto de tan simple despedida
aunque sabia que los ojos de la muerte la herirían
la sed se le presentaba en tan ardua sequía
era esa la caída dura del corazón y las palabras clandestinas que solo sabían formar rebeldía
ahora estoy condenada entre tantos suspiros acompañada de la tímida tiniebla
sentía mis manos clamorosas de compasión
sentía como mi imaginación no las alcanzaba y mi mártir corazón las esperaba
haciendo mía esta mi única salida
siendo así la prorroga de su ausencia y la amargura de aquellas letras ofendidas
-Maria Paula Libreros.
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Espacios en el corazón.
PoesíaLa vida se ha encargado de matar ilusiones, de cegar miradas y destruir corazones.