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Los días antes de navidad siempre eran una locura para Park Chanyeol, en especial cuando se acercaban ése tipo de eventos familiares, de vecindario, etc.

Era una horrible temporada para su billetera, pero aún así era una de sus favoritas en todo el año.

Caminaba por las decoradas calles de Seúl, con algunas bolsas entre manos, en dirección a la casa de su mejor amigo. Aunque, se supone que debería estar en la casa de su madre, con toda su familia, pero ésta vez decidió pasarla con el bastardo de Kim Jongdae, el solitario.

—¿Y cuánto se supone que tengo que esperar? ¡Tengo hambre!

Chanyeol rodó los ojos, y regresó el artefacto a su oído. Su amigo al teléfono, gritando, era un jodido infierno para sus inocentes oídos.

—No soy tu puto novio.— contestó, casi escupiendo las palabras.

Eres mi mejor amigo.

Ya estoy llegando.— y, sin más que decir, colgó. Él quería mucho a su amigo, pero aveces, sólo aveces, quisiera que lo atropelle un camión.

Normalmente Chanyeol o pasaba Navidad en casa de sus padres, o en su propio departamento, solo. A pesar de ser muy sociable y muy popular entre las chicas de su universidad -según él-, prefería pasarla solo, con muchas películas de navidad, comida, tirado en su cómodo mueble, con más comida, y sin preocupaciones. Pero, aunque tuviera ésa preferencia, decidió que Jongdae daba pena, y se sacrificaría sólo ésta vez.

La verdad no tenía mucho que regalar, en especial por la poca "riqueza" que tenía, la cual era lamentable. Y aún así, con lo humilde que era su billetera, compró los juguetes de acción de Jongdae, y un lindo collar para su madre. Solo para ellos dos, los demás podían irse a la mierda, el no era un millonario, y mucho menos Santa Clous.

Después de estar unos cuántos minutos más caminando, por fin llegó a la casa de su amigo. Sí, casa, no departamento, como él.

Tocó la puerta dos veces, seguido de un ¡Abre hijo de puta! que llamó la atención de algunos vecinos, y finalmente, una patada que por fin hizo que le abriera la puerta.

Era como un ritual antes de entrar.

—¿Y la comida?

—Aquí.— señaló las bolsas.

—¿Y mi regalo?

—¿Y el mío?

—Pasa.

Chanyeol sonrió para sí mismo y entró rápidamente, el frío lo tenía mal.

—Yo sí tengo un regalo, espero que tú también.— habló luego de dejar las bolsas sobre la mesa.

Jongdae no dijo nada, y éso lo preocupó un poco. ¿No le compró nada? Que sea así y él lo mandaba a la mismísima mierda.

No hicieron mucho en realidad, solo se tumbaron en el mueble de Jongdae y pusieron las típicas películas navideñas, mientras comían y bebían un poco.

Llegó el momento en el que Chanyeol vio a su amigo babeando y roncando ligeramente, y decidió que era hora de apagar el televisor.

Aún no era Navidad, y por muy infantil y estúpido que se oiga, Chanyeol había tratado de ocultar su entusiasmo porque el gran día llegue. Y tampoco pudo reprimir el hecho de que quisiera dejar leche y galletas en la mesita, cerca al árbol de Navidad de su amigo, el cual era no verde, sino blando y adornado de bolas azules, con una estrella del mismo color en la punta. Santa así podría comer y darle un buen regalo, pensaba.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2016 ⏰

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The new Rudolph |ChanBaek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora