Capítulo 3: Abandono

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-¿Ma?
-Hija, ¿cómo estás?, ¿todo está bien por allá?- parecía alterada, pero no pregunté.
-Si, todo bien, estoy volviendo de la escuela. ¿Pasó algo?
-Si, te quería avisar que tu padre y yo nos vamos a un viaje de trabajo. Me pidió su ayuda. Partimos en 5 minutos. Sentimos dejarte sola, esto es importante. Si quieres puedes llamar a tus hermanos para que se queden contigo.

  Sola otra vez, como todos los días de mi vida. Sabía que no los vería por un tiempo. Me las tenía que arreglar por mi misma.

-Esta bien, no te preocupes por mi. Puedo vivir sola, ya lo hice todos estos años. ¿Me dejaste dinero?¿Por cuánto tiempo será esto?
-Volveremos tan pronto como podamos. Te deje dinero en una caja dentro de mi armario. Creo que es suficiente. Si te falta, llama a tus hermanos. Lo sentimos mucho, Mary. Te extrañaremos. Si nos llega a pasar algo...

  Un momento de silencio, no sabía qué quizo decir con eso.

-Olvídalo. Volveremos, te llamaré todos los días - parecía asustada- Te amamos hija. Adiós.
-Adiós.

  Hubo un tiempo que eramos una familia feliz, siempre estabamos juntos. No se que nos pasó. Solo quedaba yo en esa maldita casa.

  Seguí caminando hacia mi casa. Dejé de oir esa voz masculina. Pensaba que era producto de mi imaginación.

  Entré a mi casa y arrojé mis cosas en mi cama. Fuí a comprobar si mi madre me dió el dinero suficiente. Entré a su habitación, estaba todo perfectamente ordenado, como si nunca hubiesen estado alli. Cuando abrí su armario, pude ver que tenía mucha ropa que jamás la vi usando. Pero no parecía ropa común, era de cuero, negra, flexible, y tenían mascaras del mismo material pero con algo muy extraño en la parte de la boca, parecía un mini micrófono, no entendía para que servía. Tampoco sabía por qué guardaba ese traje. Pensaba que tal véz era viejo, un disfraz para una fiesta, no tenía idea.

  Seguí buscando la caja. Al abrirla me encontré con 2000 dolares. ¿Por qué tanto dinero?¿Por cuánto tiempo se irán realmente? Preguntas que se pasaron por mi cabeza en aquellos momentos.

  No presté mucha atención a eso. Seguí mi camino hasta mi habitación. Era un desastre. Libros, ropa, cuadernos, papeles, todos tirados en cualquier lugar. Entonces comencé a ordenar. Coloqué mis libros en la biblioteca, la ropa en el armario, excepto la que se tenía que lavar, y tiré a la basura todo lo que no servía. Todo quedó mas decente.

  Me dirigí a la habitacion de mis hermanos. No entraba allí hace mucho tiempo. Los extrañaba. Habían pasado 6 meses desde que se fueron a la Universidad a estudiar. Emma, mi hermana, fue a estudiar Ingenieria en seguridad e higiene. Mientras que mi hermano, Tobias, medicina para su doctorado. Tenían claro lo que querían desde el principio. En cambio, yo no tenía idea de qué carrera seguir.

  Abrí mi computadora. Ningún correo, como era de esperar. Entré a las redes sociales, tal véz podría haber alguna noticia interesante. Cuando lo hice, tenía una invitación a una fiesta. Observé quién me había invitado. Julianne.

  Nunca me cayó bien. Es de esas chicas que critica cualquier cosa que se le cruce en su camino, cualquier cosa que piense diferente a ella. Realmente es muy bonita, pero una basura de persona. Cree que es la mejor. Siempre sale con los más atractivos y populares de la escuela. Usa ropa provocativa, ama que la miren en el pasillo. Al igual que sus amigas. Danielle y Elizabeth. Ellas son como sus perros, la siguen a todos lados, le dan la razón, y hacen lo que Julianne les pide.

  Conocí a Julianne cuando teníamos 6 años. Eramos amigas, debía ser la única persona que conoció su lado bueno. Jugabamos juntas, teníamos nuestro propio saludo. Pero cambió, y me abandonó.

  Como todas las personas en este mundo, me dejaron sola. Mis padres, mis hermanos, Camille, Julianne. Se fueron.

  Volví a la realidad. Me pregunté a mi  misma por qué Julianne me había invitado a su fiesta. Siempre fue exclusivo para chicos o chicas divertidos/as, populares, atractivos/as. Yo no era nada de eso. Me dedicaba a estudiar, leer o escribir. Aburrida.

  Pero decidí asistir. Me dije que no podía ser tan malo, era la hora de salir y conocer nuevas personas.

  La fiesta era el sábado 21 de noviembre. Era jueves. Tenía tiempo para encontrar algo que ponerme.

  Abrí mi armario y revolví mi ropa, no tenía nada. Era todo viejo, fuera de moda. Parecía de los años 80. Horrible. Nunca había ido a una fiesta, ni tampoco me había interesado estar arreglada. Por eso no tenía vestidos, faldas o zapatos para usar.

  Necesitaba ir de compras.

  Si hubiese tenido una amiga para que me acompañara...

  De repente se me ocurrió una idea. Marqué el número de Camille en mi celular. Esperaba que me conteste.

-¿Mary?
-¡Camille!

//* Madre de Mary en multimedia

Esencia BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora