A tu regreso (felsa)

A tu regreso

Aproximadamente a una semana antes de dar los finales me llegó un sobre proveniente de mi familia que decían que quería que los visitara al graduarme, también contenía un pasaje de avión con destino a mi ciudad natal. Lo que me puso de los nervios ya que me trajo antiguos recuerdos que quisiera deshacer.

Sabía que yo no debería ser la que vaya porque ellos deberían ser los que me vengan a ver en mi graduación, pero en un email que me llegó unos días antes de mandarme el sobre con el pasaje, explicaban que mi hermana se había resfriado y que no podían viajar con ella en tales condiciones. Pensaba que estaban siendo un poco exagerados al decirme que Anna estaba resfriada, debido a que siempre que se resfriaba duraba al rededor de tres días. Además de que aquella inesperada invitación me causó problemas en el trabajo de medio tiempo, probablemente, a la vuelta, no me dejarán ni poner un pie dentro del local.

Le entregué a la sonriente señora de uniforme la reserva de avión que habían hecho mis padres, me alcanzó mi pasaje mientras que con la otra mano se acomodaba el pañuelo que traía atado al cuello. Se llevaron mi valija por la cinta, me despedí de la señora y salí hacia donde me dijeron que debía esperar mi vuelo.

Enfrente había un kiosco, así que me compré una barra de cereal ya que me moría de hambre. Luego me senté en una de las incómodas sillas azules que estaban detrás de un gigante ventanal dejando a la vista las pistas de aterrizaje. Los altavoces hablaron por encima del barullo que hacía toda la gente presente pero no nombraron mi vuelo, por lo que hice caso omiso y saqué un libro de mi mochila. "¡Buenos días princesa!" se leía en la portada, ya era más o menos la tercera vez que lo leía, me había quedado totalmente prendada a su trama y sus personajes.

Media hora después los altavoces volvieron a sonar, pero la voz melosa de la persona que hablaba detrás impedía entender de forma precisa. Lo único que entendí fue el destino, me paré y me dirigí rápido a la salida indicada, formé una fila como lo hacía en la primaria cuando debía saludar a la bandera.

El gigantesco avión se imponía sobre todo a sus alrededor con sus espléndidas y lustrosas alas azules, llegué a sentirme algo muy pequeño y sencillo al entrar en él. Caminé por el pasillo empujando sutilmente a las personas que se interponían, finalmente encontré mi asiento junto a la ventanilla.

"¡Genial! las mejores cosas se ven desde arriba."

La velocidad aumentaba, el tren de aterrizaje dejaba de hacer contacto con la pista y yo, ya me sentía volando. Dediqué una última mirada por la ventanilla, donde se distinguían los campos y sus divisiones, me coloqué mis auriculares e inmediatamente "In the name of love" era lo único que escuchaba dentro de la cabina de pasajeros. Me crucé de brazos acomodándome en mi lugar, debía dejar de pensar, el pasado me invadía cada vez que estaba un centímetro más cerca y me hacía sentir muy culpable, tenía miedo de lo que podría llegar a pasar al reencontrarme con él ¿Y si él sentía que lo que le había hecho era imperdonable?, es más, ¿yo misma me hubiera perdonado?

(...)

El trayecto se me hizo demasiado corto a pesar de que durara cuatro horas y mi playlist se reproducía  nuevamente. Un poco dudosa planté un pie fuera del avión y después el otro, respiré profundo, hoy sería el día, en el que me enfrentaría al pasado y saldría gloriosa de ello. 

Fui hacia la cinta y mientras esperaba mi valija, desactivé mi celular del modo avión. Una gran cantidad de mensajes de mis amigos de la universidad me habían llegado y otro que me llamó la atención. De mi madre.

"No pudimos pasar a buscarte, te estarán esperando."

Mi estómago se revolvió, ¿cómo iba a saber yo a quien debía buscar? Ya estaba incómoda de estar allí, ahora, estaría avergonzada por no haber encontrado a quien debía recogerme.