눈 (nieve, ojos)

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Las bolsas de plástico se balanceaban con cada paso y una vez pagaron la compra, sus pies se dirigieron a la salida del supermercado. Sobre la negra alfombrilla del sensor, esperaron a que se abrieran las puertas de cristal para luego quedarse, inmóviles, frente a la calle.

La primera en atreverse en dar el primer paso fue Chaeyoung. Cerró los ojos, alzó los brazos con ambas bolsas todavía colgadas de sus manos y justo en ese mismo instante, un copo de nieve cayó sobre la punta de su nariz. Sus labios se curvaron con inocencia a la misma vez que inspiraba profundamente, dejando que una helada ráfaga de aire gélido se colara hasta el interior de sus pulmones.

El cielo ya no estaba gris, sino que una angelical capa de blanco purificó el triste manto sobre ellas. Nayeon se acercó a ella y dejó las bolsas en el suelo, abrazándola por detrás sin previo aviso. La contraria dio un pequeño respingo, antes de volver a sonreír y dejarse hacer. Los brazos ajenos la rodearon por la cintura mientras que una afilada barbilla se clavaba delicadamente en su hombro.

"Está nevando."

Ella asintió, dejando que su entusiasmo se delatara en su tono de voz. "¡Sí! Por eso hoy hacía tanto frío." Y justo cuando parecía que iba a decir algo más, un estornudo la interrumpió. Otro un poco más adorable vino a continuación y el abrazo terminó justo en ese mismo instante.

"Es una lástima que no sea la primera nevada, hubiera sido bastante romántico en una primera cita."

"Y también bastante triste tener que haberla pasado contigo." Vio en su mirada que a Nayeon no le había hecho ninguna gracia, por lo que no pudo evitar echarse a reír. Si bien la contraria solía ponerla de los nervios, Chaeyoung también sabía cómo frustrarla de la misma manera, o incluso más.

"Idiota, la primera nevada también la pasaste conmigo."

"No sólo contigo." Remarcó, parpadeando por culpa de los copos de nieve que caía entre los cristales de sus gafas y se quedaban atrapados entre pestaña y pestaña. "La pasé con todas vosotras y porque no me quedó más opción. Prefiero verlo de una manera bonita, y como que nuestro amor fraternal nunca se va a acabar, y que incluso cuando nos casemos, seguiremos estando en contacto."

"Cursi."

Hizo un pequeño mohín antes de mirarla directamente a los ojos. "¿Significa eso que no quieres que sigamos juntas aún después de tantos años?"

"Significa que nadie puede casarse con mi pequeña Chaeyoung."

Frunció la nariz. "Dejaré de ser pequeña cuando me case."

Nayeon sonrió de medio lado, antes de acelerar el paso para escapar del posible golpe que se ganaría después de lo que iba a decir. "Ya, pero no dejarás de ser mía."

Y así fue, pues tras rodar los ojos de una manera que casi podría dañar sus orbes, se apresuró para poder alcanzarla, dejando que la palma de su mano atizara su hombro un poco más fuerte de lo que la contraria se esperaba.

Mas no fue nada serio. Habían empezado a disfrutar de sus bromas de nuevo, riendo juntas y llamando la atención de más de un transeúnte. Es más, se persiguieron cuesta abajo de la avenida, dejándose llevar por la velocidad que la gravedad forzaba en sus piernas. Se sentían como niñas que huían de sus problemas, y si bien era cierto que nadie las perseguía, ellas mismas pretendían escapar de todas sus preocupaciones. Dejar atrás el estrés y todas las responsabilidades que su imagen conllevaba.

Llegaron a casa en poco tiempo y pronto el recibidor se llenó de otras siete chicas más, robándole las cosas de las manos. Se quedaron paralizadas, con miedo de mover un solo músculo por si las agredían sin querer. Se miraron mutuamente y, a continuación, observaron el espectáculo gratuito frente a sus ojos.

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2016 ⏰

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December (the perfect time to date) // [nachaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora