El sacrificio de mi fiel compañero fue lo último que vi antes de huir a gran velocidad.
El camino estaba poblado por ramajes y pequeños animales nocturnos, los cuales esquivaba apenas antes de estrellarme. El tramo era largo para ser una prueba de velocidad y mi condición no me permitía ir muy rápido, pero no me rendí, no podía rendirme.
Metros detrás de mí los humanos vociferaban y sus malditos perros parecían estar dispuestos a ladrar por toda la eternidad.
Después de correr un gran tramo, dejé de oir a los humanos y a sus bestias; me habían perdido la pista. Alenté un poco mi paso y luego de un tiempo pude visualizar una de las cuevas.
—Pero miren quién llegó —dijo Apolo con burla y aulló— la traviesa Artemisa está de vuelta.
—No hay tiempo para burlas, hermano.Ya empiezo a sentir contracciones.
La expresión de Apolo me lo dijo todo. Regresé a mi forma humana y entré a la Pi.
Cuando entré, busqué a Leto por todas partes pero no pude encontrarle. En mi búsqueda, un rostro familiar apareció ante mí.
—Hola, Atenea.
ESTÁS LEYENDO
Malaki
WerewolfEl mundo a nuestros pies el odio a nuestras espaldas, el rencor en el corazón el instinto en las entrañas. Feroz, agil, rápido, inteligente, este lobo no es un demente. Triste, solitario, frío, suspicaz, este lobo es muy capaz.