Harry, Ron y Hermione estaban escondidos. Lord Voldemort había tomado el poder del mundo mágico en su totalida por lo que encabezaban la lista de los más buscados y, cabe destacar, que se ofrecía una poderosa recompensa por cada cabeza, sobre todo por la de Harry. Se encontraban en Grimmauld Place, era el único lugar que, por el momento, era seguro para ellos. Ir a otro lado era demasiado arriesgado, un acto de suicidio.
Ninguno de los tres podía creer que unas horas antes estaban felices compartiendo con varios magos y brujas el adorable matrimonio de Bill y Fleur. Habían bailado y conversado, como si todo el tema de "los tiempos oscuros" estuviera bastante lejos, como si Voldemort no existiera; y en tan solo segundos todo se convirtió en un caos porque el ministerio había caído en manos del mago tenebroso.
Ahora estaban seguros, llenos de dudas y sin un punto de partida sólido para comenzar a buscar los horrocruxes.
Morían de miedo.
Desde que llegaron al cuartel de la Orden del Fénix el silencio reinó. Cada uno quería asimilar por su cuenta todo el caos que estaba ocurriendo en el momento. Harry tenía miedo de que sus mejores amigos se fueran y lo dejaran con la carga solo. Aunque claro, a él no le importaba arrastrar con todo esto de los horrocruxes por su cuenta, en un principio lo quiso así para no arriesgar la vida de las dos personas que más le importaban en su vida, sin embargo, ahora no se veía luchando contra Voldemort sin sus dos pilares más fundamentales, sin las personas que le dieron una familia.
Hermione estaba agitada, nunca creyó que este momento llegaría, creía estar preparada, pues estudió miles de maleficios y hechizos de protección que le serían útiles. Estar en la acción, en el momento, era completamente diferente y se sentía asustada. Lo único que la mantenía tranquila es que había modificado la memoria a sus padres y estos se encontraban sanos y salvos muy lejos de aquí.
Ron era el más asustado de todos. Tenía miedo de perder a su mejor amigo, a su prioridad, Hermione, y a alguno de sus familiares. Estar junto a Harry en todo este lío era lo necesario para que Voldemort o algún mortífago atacase a su familia. Pero no estaba arrepentido. Tomaría esta decisión una y mil veces más, Harry fue su primer amigo, la primera persona que lo aceptó tal y como era: torpe, un poco inadaptado e inseguro. No iba a abandonarlo.
La noche estaba cayendo, ninguno de los tres quiso ocupar una de las miles de habitaciones que contenía el cuartel. Necesitaban saber que el otro estaba cerca y bien, así que improvisaron un poco en la sala donde se encontraban dos sillones de estilo antiguo. Ron prefirió dormir en el suelo, quería que sus amigos estuvieran cómodos, pero Harry le prometió que intercambiarían cada noche para que fuera lo más justo, Hermione también quiso intercambiar, pero ambos chicos le dieron la negativa.
Harry fue el primero en caer dormido, a pesar de que mientras sueña entra de manera más fácil a la mente de Voldemort, esta vez quiso hacerlo. De alguna manera sintió que debía de darle espacio a sus mejores amigos, había cierta vibra entre ellos dos que no podía evitar. Hermione intentó por varios minutos dormir, pero le fue imposible. Estaba preocupada por Harry y por la familia de Ron. A pesar de tener sus ojos cerrado, su ceño fruncido le delató a Ron, quien no tenía pizca de sueño, que dormir no era una posibilidad por el momento.
–Vamos a estar bien. –Habló Ron, rompiendo el silencio.
Hermione abrió sus ojos y giró su cabeza para verlo. Le sonrió tímidamente, como si en cualquier momento se echaría a llorar.
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Pertenecer ▶︎ Romione
FanfictionHay caos, cada momento que ocurre puede ser el último con vida. Años de sentimientos guardados por fin comienzan a ser demostrados muy sutilmente. Lamentablemente los personajes no me pertenecen, son creación de la impresionante escritora: JK Rowlin...