Hola de nuevo. Segunda obra de esta serie de historias cortas.
Gracias por los bellísimos comentarios que tuvo la primera,El maldito seguidor.Esta dedicada a @Ana_F31
Ingeniosa. Talentosa. Sincera. Cálida.
Querida escritora.Gracias.
Advertencias:(Para que no se me escandalicen luego)Lenguaje adulto, escenas de índole sexual.
Iban...¿Cuántas?...ya había perdido la cuenta. La ultima, se mintió Britanny, burdamente apoyada en el mostrador del bar de aquel club nocturno de moda.
—Señorita—pronunció el barman, extendiéndole una copa que ya veía doble, y de la cual solo tenia conocimiento de que era alguna bebida exótica que había pedido minutos antes, cuando aún conectaba un pensamiento con otro.
Hipó producto de aquel burbujeante elixir, y esto le sacó una risita algo tonta, mientras su mirada seguia inspeccionado las figuras algo difusas de la concurrencia masculina en aquella noche de sábado.
Hasta que la suerte, o algún lascivo dios pagano que reconocía sus ansias debajo de aquel estado alcohólico, la llevo a encontrarse con unos ojos negros que la dejaron pasmada.
—¡Rayos!...es lindo—declaró arrastrando las palabras, que fueron en parte para el barman, y en parte para si misma.
El hombre detrás de la barra solo sonrió y se dispuso a seguir atendiendo a los clientes que ya se agolpaban, y ella entendiendo su gesto (con su nula capacidad de raciocinio por el ahogo etílico) como una confirmación y quizás empuje para que hiciera lo que quería, se dirigió con pasos inseguros y torpes hacia el rincón oscuro desde el cual aquel atractivo joven la miraba.
—Britanny Jules...así me llaman, o Bry o Bj...aunque eso no suena muy femenino que digamos—fue su extraña presentación, entredicha en palabras algo arrastradas.
Él la miró fijamente ¡Maldita sea que era guapo de cerca!
Tendría su edad, cercana a los treinta años, una impresionante altura, un físico marcado que se podía adivinar en los pliegues ajustados de su nívea camisa, y un rostro armonioso que seguramente atraería muchas miradas.
—Lo sé—fue su respuesta, aun más extraña—Soy Ikabo...y solo vine por ti esta noche.
Algo en esa contestación debió alarmarla y alertarla, pensaría horas después, pero en ese momento, y en ese estado, le pareció la respuesta más normal del mundo.
—¿Así que si, eh?—contestó en un tono juguetón, mientras por su creciente desequilibrio se apoyaba en el respaldar de cuero negro del sillón de dos cuerpos en el que él estaba—Y dime Ikabo, si haz venido por mi...¿qué esperas para llevarme?
Luego de decir esto, Britanny rompió en una estruendosa carcajada, que llamó la atención de unas cuantas personas que pasaban.
Dejo de reírse al ver que su broma no era correspondida con una risa, ni siquiera una sonrisa del hombre a su lado, quien mantenía la pose rígida de una escultura griega, exquisita tanto por su belleza como por su templanza.
—Britanny—comenzó él, luego de unos incómodos segundos—Sal afuera conmigo...se me hace tarde para otro compromiso, y quiero terminar esto cuanto antes.
Aún debajo de su condición de ebriedad, ella se sintió algo insultada por su comentario.
¿Quién era para apurarla así?Y peor aún, para decirle que otra cita lo aguardaba.
Si, era verdad que casi se le había regalado en ese directa insinuación de sexo casual, aunque...¿era necesario ser tan maleducado?
Pero...¡Demonios! Estaba jodidamente guapo.
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Los diez pasos.
Science FictionBritanny creyó que este seria solo, otro fin de semana de fiesta. Los ojos negros de aquel apuesto hombre le hicieron pensar que quizás esa noche le guardaba emocionantes sorpresas. Y sí, las hubo, pero no las que hubiese esperado, ni querido. -Cáll...