Guerra de hackers [Seven Mystic Messenger]

Capítulo dieciseis

Él suspira y abre un cajón de su escritorio para sacar un par de hojas grapadas. Me las da y yo las miro un poco por encima. Parece ser la lista de invitados de la fiesta. Hay bastantes y muy conocidos, como el creador del boli BIC y el príncipe del aceite.

-Es la lista de invitados, ¿verdad? –asiente y yo sigo leyendo todos los nombres –Hay gente muy conocida, ¿cómo lo hacéis para conseguir que vayan a la fiesta?

-Desde que Rika murió, se extendió la noticia  por todo el país y mucha gente tenía ganas de ver cómo nos arreglábamos para organizar todo sin ella. Nos ha ido bastante bien.

-Bien, ¿y yo qué tengo que hacer?

-Pues solo tienes que aprenderte esa lista de gente, por si V te pregunta algo. Y también decirle algo sobre tu vida, pero eso ya es cosa tuya –se encoge de hombros con indiferencia y me mira con frialdad –De recibir a los invitados se encarga Jaehee, así que no tienes que hacer nada más.

Levanto las manos con señal de rendición y doblo la hoja para meterla en el bolsillo de mi pantalón. Antes de que la situación se vuelva muy incómoda, me levanto de la cama y me toco la barriga.

-Tengo hambre .

-Si no son ni las dos todavía –dice él, mirándome después de entornar los ojos –Bueno vale, ven.

Se levanta de la silla y yo le sigo. Me lleva a la cocina y abre uno de los armarios, de donde caen dos bolsas de Honey Buddha chips que estaban metidas a presión. Me agacho y cojo las dos bolsas del suelo y las dejo encima de la encimera.

-¿Solo tienes Honey Buddha chips? –él asiente y yo suspiro con resignación –Es lo que como todos los días, ¿no tienes una manzana o algo?

-¿Tienes Honey Buddha chips? –pregunta él, atónito.

-Claro.

-¿Cómo las consigues?

-Consiguiéndolas –me encojo de hombros, restándole importancia y me siento encima de la encimera para abrir un paquete y empezar a comer –Deberías comer algo más a parte de esto. Si no ingieres todos los nutrientes que te cuerpo necesita para trabajar, tu organismo las estará pasando canutas para mantenerte vivo.

-¿Por qué me dices eso ahora?

-Porque es verdad. No puedes alimentarte toda tu vida a base de patatas. Tienes que comer un poco de fruta y verdura cada día, arroz, pan, leche... Si sigues así, en unos años tendrás el colesterol muy alto y eso ya no se puede bajar.

-Bueno vale. Comeré otra cosa –desaparece por la puerta y a los dos minutos vuelve con las manos llenas de comida –Encontré esto en la despensa: huevos, aceite, cebolla, patatas, fruta y verduras. No puedo hacer nada con eso...

-Tú no, pero yo sí –sonrío y cojo todos los ingredientes para extenderlos encima de la encimera –Vas a probar la mejor tortilla española del mundo.

Enarca una ceja y yo cojo dos cuchillos de uno de los cajones. Le doy una cebolla y nos ponemos a cortarla los dos. Entre lágrimas, la juntamos y la ponemos en un bol, donde también añadimos las patatas cortadas. Con unos cuantos huevos y el aceite, lo pongo todo en la sartén y me preparo para darle la vuelta, porque también se tiene que cocinar lo de arriba. Cojo un plato y con él me ayudo para darle la vuelta.

-¿Y ahora? –pregunta Seven, ya que la tortilla sigue en la sartén.

-Hay que darle la vuelta.