La Rosa Del Dolor

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Y aquí estoy sentado en el borde de mi cama. La mirada la tengo perdida en aquellos sueños que no se si haré realidad, tal vez pienso de esa manera porque aquí posiblemente no tendrán un buen futuro. Sí, eso debe ser, mejor que queden en la eternidad de mi mente.
Se acercan mis compañeros de habitación, la noche... La oscuridad... Las estrellas... El silencio... Siempre llegan marcando fuerte su territorio en mí. Quizás le he dado más espacio del que merecen, o no, la verdad es que los vacíos han de llenarse con aquello que se presente en primera instancia y con una solicitud desesperada.
Comienza la conversación...
Noche, dime, ¿Qué te ha traído nuevamente a mis ojos? Estrellas, algunas veces te veo escoltandola, también la luna de vez en cuando se impone sutilmente, ustedes son muy buenos amigos ¿Cierto? Mi querida oscuridad, agradezco tu protección al apagar el candelabro de mi día, solo eso tengo para decirte. Silencio... No se que comentario hacerte, siempre estás de mal humor y a mis espaldas me clavas una daga de frio en menos de un segundo. Sin embargo te admiro porque a pesar del odio que te tengo, aquí estás tratando de cambiar la imagen que tengo de ti... Creo que te amaré locamente, pues sé que estoy a punto de cruzar la delgada línea que separa esos dos sentimientos. Quien quita y así tú también permitas desbordar ese sentimiento de pasión que me tienes, anda, no lo niegues... Sé que es así... Pero aun no entiendo por qué me quieres muerto. En fin... Todos son bienvenidos, hoy, creo que florecerá la rosa que el dolor dijo hace un par de semanas que nacería...

Esperemos anciosamente su aparición.

100 Poemas Para Alguien InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora