Noche De Pasión (SebastianxCiel One Shot)

Capitulo único

Todo transcurría de manera normal en la mansión Phantomhive, era de noche y como era acostumbrado a esa hora el joven conde estaba a punto de ir a dormir.

"Joven amo, buenas noches. Es hora de que vaya a dormir". Dijo el mayordomo arropando a su amo.

Ciel no dijo palabra alguna, su mente estaba llena de uno que otro pensamiento que para él era extraño pues en los últimos días se sentía un poco raro, sobre todo cuando éste estaba cerca de su mayordomo (es decir, la mayoría del tiempo) pues el conde se sonrojaba con mucha facilidad, sentía que su corazón latía muy rápido y un sin fin de cosas, pero... ¿Podría ser que el conde Ciel Phantomhive estuviera comenzando a sentir amor por su mayordomo Sebastian? Para el pequeño, esas ideas eran totalmente inaceptables pues él ya estaba comprometido con Lizzy, además de que, por la época, que alguien de un estatus tan alto como el del conde Phantomhive se enamorara de alguien perteneciente a la servidumbre era muy mal visto y el hecho de que ambos fueran del mismo sexo era aún peor, sin mencionar que el conde a sus 13 años era todavía un niño ante la sociedad.

"Joven amo, ¿se encuentra bien?". Preguntó Sebastian un tanto extrañado al no recibir respuesta.

"S-si. Me encuentro bien... Solo estaba pensando en asuntos del trabajo". Mintió Ciel tratando de ocultar su nerviosismo, el cual provocó un muy tenue pero perceptible sonrojo en sus mejillas.

Sebastian suspiró ante eso, pues hacía varios días ya había notado el comportamiento inusual del conde que para ser honestos le preocupaba un poco, no solo porque el demonio era su mayordomo y por ende tenía que velar por el bienestar de su amo, más bien se debía a que Sebastian también sentía algo por el conde, y no era algo reciente, pues desde que lo vio indefenso y suplicando por ayuda en aquella jaula 3 años atrás, ese frágil humano había cautivado el frío corazón del demonio, sin embargo y aunque sea algo difícil de creer el "perfecto" mayordomo sentía miedo, no de lo que los demás digan, pues no le importaba la opinión de terceros, lo que el mayordomo temía era nada más y nada menos que lo que el mismísimo Ciel pudiera pensar al enterarse, a pesar de que ambos solo estaban atados por un contrato y supuestamente "un demonio no tiene emociones" esta vez fue diferente y no por el sabor del alma de ese niño que para Sebastian o cualquier otro demonio sería un deleite al paladar, había algo más... Algo en Ciel era diferente a las otras personas con quienes había hecho un contrato antiguamente. Incluso el mayordomo infernal había pensado en romper su contrato con Ciel, ya no quería devorar su alma, quería que él viviera su vida y que fuera feliz aunque no fuera a su lado, pero simplemente decidió callar.

"Buenas noches, descanse". Dijo Sebastian y sin más se retiró de la habitación.

Ciel solo se acomodó en su cama para descansar tras un día agotador, pero sus pensamientos no lo dejaban dormir pacíficamente, ese nuevo y desconocido sentimiento lo incomodaba y lo frustraba bastante, en esos momentos solo quería correr hasta la habitación de su mayordomo, decirle todo lo que pasaba por su cabeza y finalmente consumar su amor. Pero su orgullo y miedo al rechazo se lo impedían... Si tan solo el conde supiera que sus sentimientos eran correspondidos y que su amado demonio tenía ese mismo miedo al rechazo...

Sin más Ciel cayó profundamente dormido entre sus pensamientos, mientras tanto el mayordomo estaba en su recámara pensando en cómo iba a decirle la mañana siguiente a aquel humano que lo había cautivado todo lo que sentía. Después de mucho pensar estaba decidido a afrontar ese desafío, le confesaría sus sentimientos a Ciel, aún tenía miedo a no ser correspondido, pero ya no podía quedarse callado por más tiempo. De pronto un grito azotó los oídos de Sebastian sacándolo bruscamente de sus pensamientos, el grito provenía de la habitación del conde pues éste había tenido nuevamente sus ya acostumbradas pesadillas que involucraban aquel incidente que terminó en el fallecimiento de sus predecesores.