día cinco

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Aparentes sentimientos.

Luhan se despertó ese día temprano, Sehun aún seguía desparramado en la cama durmiendo como bebé, y él se aseguró de cerrar las ventanas para que pudiera disfrutar de un poco más de sueño. Apenas eran las 7:00 AM y el pequeño durmiente tenía clases en la tarde, esa mañana se aseguraría de darle un buen desayuno y algo de descanso antes de que le dedicaran un tiempo al proyecto que tan preocupado tenía a Sehun.

Su amigo Tao lo había llamado la noche anterior para concretar una cita de estudio de la cual Sehun huyó como la peste alegando que estaba ocupado con trabajos atrasados de otras clases y luego colgó antes de que Tao terminara su griterío de con un «Yah, estudiamos todo junto, no tie...» Luhan se echó a reír del nervioso temblarío de manos de Sehun y sus ojos en blanco; Luhan ya sabía con qué amenazarlo por si sucedía cualquier eventualidad.

Fuera de la cama, Luhan se aseó el rostro y se colocó sus auriculares listo para comenzar un nuevo día, estaba a todo volumen resonando en sus oídos pero no importaba, Mirotic sonó con fuerza haciendo el nuevo día de Luhan bastante brillante.

El jugo de naranja estaba frío y apetecible, las tostadas, la mantequilla de maní y las frutas vestían la mesita del comedor todo preparado para Sehun, sobre la mesa, un poco más allá del desayuno estaba el computador de Sehun y sus libros aparte de un manojo de hojas de Luhan, eran su propia tarea, tenía que redactar algunas cosas que se supone debió haber hecho el lunes para saldar las cuentas de sus clases, pero cierto rubio platinado distrajo completamente esa idea; Luhan sonrió pese a todo aquello.

Cuando Luhan estaba a punto de voltearse para llamar al chico dormilón se topó con éste de frente.
Sehun llevaba su pelo rubio húmedo, una toalla al cuello sin camisa y unos pantalones largos grises y holgados, una imagen mañanera que a Luhan se le apeteció siempre.

Vio cómo Sehun movió sus labios pero no escuchó nada producto de la música sonando en sus oídos, hizo una mueca de no entender y Sehun sonrió de esa forma que escondía sus ojos, le quitó los auriculares y Luhan fue capaz de escuchar los sonidos que llegaban de todos lados, incluyendo la respiración calmada del chico.

-Buenos días, Luhan hyung -siseó suavemente, Luhan supo que eso era lo que había dicho antes.

-B-Buenos días, Sehun-ah.

Demasiado tentador ese cuerpo blanquecino con unos cuantos músculos marcados, algunos lunares y con un abdomen de ensueño, a Luhan se le hacía agua la boca nada más tenerlo en frente, de pronto se despertaba en él otro tipo de hambre mañanera.

-Que bien, hiciste el desayuno -Sehun cantó pero realmente no había visto nada a su alrededor sólo se concentró en los potentes ojos de Luhan brillando con júbilo.

Luhan hizo amago de separarse para seguir sirviendo la mesa pero los brazos de Sehun se cernieron sobre él, acorralándolo entre la encimera de la cocina y su cuerpo, suerte tenía de no haberse desmayado.

-¿Alguien te había dicho lo gracioso que te ves en delantal?

Luhan gruñó, él se había puesto ese delantal para no marchar su ropa, que Sehun se burlara de él por ello no era agradable.

-¿Alguien te había dicho lo ardiente que te ves sin camisa y con el pelo húmedo?

Bien, osado, pero era de Luhan de quien estábamos hablando y de momento éste tenía el control de todo dejando a un sonrojado Sehun con la palabra atragantada en algún lugar de su garganta.

9 Días Con Lu → HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora