La manera en la que Lauren acariciaba el cuerpo de la menor le hacía erizar el vello de su cuerpo. Sus labios temblaban pero no por miedo sino por nervios, se encontraban tan cerca que un movimiento más y la ojiverde le besaría. Y eso era lo que justo quería. Pero no, no lo haría. Estaban tocando terreno prohibido eso era algo que las amigas no hacían ¿o sí? Se encontraban ambas en un conflicto al que daban por sentado que no iba a acabar.
—Lauren..— susurró Camila por fin. Le miró a los ojos y una pequeña sonrisa cruzó sus labios. —Dílo Mila, dime que quieres detener esto. Aunque ambas sabemos que no. Tragó en seco, tenía razón. Los sentimientos que estaba enterrando en su interior estaban comenzando a florecer nuevamente con el simple acercamiento de Lauren. Y en lo único que pensaba Camila era que acortara esa endemoniada distancia que las separaba.
No supieron cómo demonios llegaron a estar así pero estaba más que claro que las demás las orillaron a esa pequeña situación en la que se encontraban. Todas compartirían cuarto y a Normani le había tocado con Camila y Lauren; rechazó aquello y quedó mejor con Ally y Dinah dejando a Lauren con Camila tan solo para no hacer mal tercio y es que todas se habían propuesto darles al menos un momento a solas a las tórtolas. Las tres chicas se dieron miradas cómplices y fueron a sus cuartos así como Lauren y Camila hicieron lo mismo.
Al no recibir ninguna respuesta por parte de Camila la aludida suspiró y sacudió su cabeza, yendo directamente a sacar su pijama para dormir ya que se encontraba completamente agotada. Y sin más empezó a desnudarse y no le importó en lo absoluto que Camila le mirara con los ojos completamente desorbitados. Ya le había visto desnudarse un par de veces y no le había importado pero ahora era distinto.
Sentía una atracción fatal por la ojiverde y en lo único que podía pensar era en lo hermosa que se veía, quería sentir su piel en su boca. Necesitaba acariciarla y besar cada parte de su cuerpo, escribir en ella y trazar líneas imaginarias en cada parte; no importaba dejar marcas en el blanquecino cuerpo de su mejor amiga tan solo quería acabar con eso que le estaba matando.
Justo se había quitado la ropa interior y se puso un camisón largo de color blanco que le llegaba hasta los muslos y Camila se relamió los labios.
Se armó de valor y se acercó a ella, quedando justo frente a la castaña. Tomó un poco de aire y habló. —Deja de provocarme. Sabes que esto puede acabar mal, Lolo. Por favor. Se echó a reír tan fuerte que logró causarle algo de incomodidad a Camila. —¿Porqué Camz? Si sabes perfectamente quién inició todo esto. — comenzó a avanzar poco a poco y conforme avanzaba Lauren,Camila retrocedía. — ¡Sabes que es un maldito juego! Nos da promoción a nosotras el ser "Camren"— espetó con algo de nerviosismo y Lauren arqueó una ceja. Un paso más y la tenía acorralada en la pared completamente a su merced.
—¿Y no crees que podemos aprovecharnos de este juego, Camz?— susurró Lauren a una distancia peligrosa de su cuello. Camila cerró sus ojos y se mordió su labio inferior. Mientras su mente decía no su cuerpo decía sí; se notaba por la manera en la cuál reaccionaba cuando estaba con ella. Y sin más Lauren comenzó a besar el cuello de ella y Camila gimió por lo bajo. —No te resistas.. sabes que ambas queremos esto. —¿Y qué pasará con nuestra amistad,Lolo? —Será nuestro pequeño secreto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Acabaron en la cama, sus ropas estaban regadas por todo el suelo de la habitación y las dos se encontraban jadeando y gimiendo, encontrando el placer en la otra, deseándose y exponiendo sus sentimientos la una hacia la otra aunque ellas no se dieran cuenta. Las caras de ambas se encontraban llenas de placer, deseo y excitación. Los dedos de ella estaban torturando a Camila, la ojiverde estaba reacia a dejarle terminar y por fin obtener su merecido orgasmo ya que esperaba que ambas terminaran al mismo tiempo. De pronto sin importar lo que pasara después Camila rasguñó la piel de la espalda de Lauren quien rió en el acto. —Maldita cavernícola. ¿Sabes lo que dirán por esto?— dijo con una sonrisa burlona, acelerando los movimientos de sus dedos. —S.. Sí— se escuchó la voz de Camila en un susurro, no sabía si lo había dicho por el comentario de Lauren o por el hecho de que estaba a punto de acabar. Pero cara lo confirmó,sus ojos estaban repletos de deseo, ardiendo en lujuria. Y gritó, entregándose completamente al placer y la dicha que traía el sexo.
Al terminar se quedaron las dos acostadas en la cama mirándose la una a la otra, sabían que después de eso sus vidas cambiarían pero no le importaba en lo absoluto.
Lauren seguía acariciando la espalda de Camila, depositando pequeños besos en ella. Se encontraban las dos completas, el sentimiento que albergaban dentro de sus corazones poco a poco comenzaba a florecer. Incluso parecían amantes de tanto tiempo, como si se conocieran a la perfección y supieran cada uno de los puntos débiles que tenían. Y es que, en parte era cierto, ya se conocían en demasía exceptuando la parte sexual claro esta, pero no hasta ese momento. Ese momento mágico que cambiaría el rumbo de ambas y sin importarles un completo carajo de aquello, se hundieron debajo de las sábanas volviendo a retomar los juegos que tenían.
