Hong Kong.
Las calles y avenidas del centro de la ciudad de Hong Kong permanecían concurridas a esa hora de la tarde. Cada persona enfrascada en sus propios problemas ignorando su alrededor; corriendo de un lado a otro, conversando por móvil, disfrutando las tiendas o contemplando los altos rascacielos. Ajenos a ellos, un motociclista paró en la calle principal frente al majestuoso edificio del Banco. Los lentes oscuros del casco reflejaron la imagen de su objetivo. Un hombre viejo con un maletín bajo el brazo, salía distraído apretándolo como si fuese el tesoro más valioso del mundo. Justo cuando se detuvo en la orilla de la acera para llamar un taxi, el conductor de la motocicleta sonrió bajo el casco y apresuró el motor, poniéndolo en marcha en un abrir y cerrar de ojos. Soltó un estrepitoso sonido chirriante al derrapar a centímetros del individuo, su brazo ágil le arrebató la maleta de un tirón preciso y desapareció como un flash por el extremo contrario.
Casi una secuencia en cámara lenta.
—¡Ladrón, ladrón! —Gritó el dueño del bolso saliendo del shock—. ¡Qué alguien me ayude, han robado mi dinero!
Varias personas se acercaron a calmar la histeria del hombre, sin embargo no consiguieron mucho. El criminal había huido a gran velocidad y solo vieron desaparecer la vieja Harley-Davidson roja en el horizonte. Poco después llegó la policía, demasiado tarde.
...
En otro punto de la ciudad, justo en un oscuro callejón, un tipo había terminado derribado en el suelo. A su lado, un muchacho vestido con una sudadera negra y una gorra naranja que cubría su cabello rubio, buscaba dinero en la billetera que –minutos antes– había sacado del pantalón del sujeto ebrio. Apenas unos minutos atrás, mientras caminaba cerca de un bar, el hombre apareció a su lado ofreciéndole algunos dólares a cambio de un trabajito privado. Había sido confundido por uno de los chicos prostitutos que trabajaban por ahí, y él aceptó. Sin embargo una vez en la privacidad del callejón su servicio constó de un fuerte golpe, dejándolo inconsciente. Revisó a detalle la billetera y encontró una fotografía de una mujer mayor sonriendo y abrazando al sujeto, ella lucía feliz entregándole un fino reloj de pulso, tal vez su madre. Entonces notó dicho reloj saliendo del puño del traje. Lo quitó a prisa pero su mirada divagó entre el reloj y la fotografía.
—¡Maldición!
No pensó demasiado y regresó el reloj a su lugar, escondiéndolo mejor y solo guardó el dinero. Mientras terminaba de abrochar el saco sintió algo raro. La incómoda sensación de ser observado le invadió e instintivamente dio media vuelta sosteniendo su navaja. Nadie más. Sólo cajas, basura y más cajas.
Olvidó comprobar las altas ventanas. De haberlo hecho se hubiese percatado del hombre allí, mirándolo desde el marco, en uno de los edificios causantes del oscuro pasillo. Un desconocido atraído por el peculiar color de sus ojos azules resuelto en la penumbra y el curioso comportamiento del saqueador, dio un clic con la cámara de su celular y guardó la imagen.
El ladrón escuchó el leve sonido y decidió huir.
Su acosador sonrió y admiró la fotografía en su iPhone.
...
Naruto Uzumaki entró al edificio y subió rápido las desgastadas escaleras. Vivía en una vieja edificación de concreto dividida en muchas plantas, parecían pequeños cubos de cartón apilados uno sobre otro, sólo con dimitas ventanas como una colmena. Los primeros pisos eran los mejores, había varios locales y negocios, el resto estaba destinado a pequeños cuartos de vivienda. No tenía lujo, simplemente lo justo y necesario para evitar el frío y la lluvia. Una estancia barata equivalente a su economía.
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Twins
FanfictionMenma jamás imaginó que ser idéntico a Naruto le traería tantos beneficios. Sobre todo con el problema de Sasuke Uchiha. ¿Sería capaz de traicionar a su hermano? El destino era bastante caprichoso. [AU] [SasuNaru]