-¡Daryl, hija!
-¡Hola, madre! -Ella me abrazó por un momento para luego dar paso a mi padre, que solo me hizo estrechar su mano.
-Es un gusto verte de nuevo, Darylné.
-Hace bastante que no los veo. ¿Donde están Amber y Nath?
-Te esperan en la casa -comentó mi madre.
Sonreí y fuimos por mis maletas. Acababa de llegar del largo vuelo, ellos fueron por mí y ahora nos dirigimos a la casa. Mi antigua casa.
La verdad es que no me sentí jamás parte de ésta familia, aunque mi hermana mayor, Amber, me ha hecho sentir verdaderamente especial. Ella ha sido la hermana más perfecta que ha existido. Aunque hace bastante que no la veo, y no sé si todo sea como antes.
Al entrar a la casa, todo se veía diferente. Muebles nuevos, comedor nuevo, pantallas nuevas, cortinas, alfombras y todo nuevo. Mis padres no han cambiado en nada, siempre se mantenían con esa postura de ser "millonarios", creyéndose y dándose aires de grandeza. Lo que me llevaba a mi, antes, a ser berrinchuda y grosera. De no ser por ése día, hubiese crecido siendo una engreída.
-¿Daryl? -Miré hacia a las escaleras una chica de cabellos rizados, largos y dorados, piel clara, ojos azules como el cielo y sonrisa coqueta, bajaba lentamente las escaleras.
-¿Amber?... ¿Eres tú? -Murmuré.
-¡Daryl! -Corrió hacia a mi y me abrazó muy fuerte. Lloramos las dos al mismo tiempo. Tanto que no la abrazaba ni la veía, me sentía tan feliz.
-¡Te he extrañado muchísimo! - Exclamó.
-¡Y yo a ti, mujer!
Fuimos interrumpidos por mi padre, que comentaba que tendría que volver a la oficina. Mi madre también se fue con sus amigas.
Recordé cuando era pequeña, tal vez unos 4 o 5 años, y ellos me dejaban sola en casa en las mañanas, cuando yo estaba en el "jardín de niños" de tarde. Nathaniel y Amber se iban al colegio desde temprano, pasaba mayormente sola. Hasta que cumplí 7 y comencé a irme con mis hermanos.-Te dejo sola, Darling, tengo que ver a mis amigas hoy -comentó Amber-, te las presentaré algún día, tal vez mañana en el colegio.
-Sí, claro, que te diviertas, hambresita -reí y ella me tiró una almohada mientras se retiraba de mi recámara.
Suspiré y me puse a ordenar mi ropa. También me di cuenta que habían comprado ropa nueva para mí. Claro, se aseguraron de dejar la etiqueta para que me diera cuenta de lo mucho que pagaron, hasta por el calcetín.
Me senté en la cama. Mirando el techo, noté el póster gigante de una bailarina de ballet muy famosa, ah... Claro que no, es Amber cuando participaba en eventos y siempre ganaba. Al contrario de mi, siempre tan torpe, tan tonta y siempre al último lugar. No tenía las habilidades de baile de Amber, tampoco tenía su carisma. Aunque las dos seamos rubias de ojos azules, casi gemelas, en algo éramos diferentes.
Yo prefería la música, algo que mi padre siempre me prohibió, decía que eso era para delincuentes.Ahora que lo pienso, no sé de Nathaniel, aunque recuerdo que él era tan terco como yo, él nos trataba mal, tanto a Amber como a mí. Entraba a nuestro cuarto y tiraba todo, rompía nuestras cosas y a mi me llegó a cortar el cabello.
Pero eso era antes que a mi padre lo ascendieran en su trabajo. Antes no iba tanto a la casa, puso orden cuando pasaba un poco más de tiempo, bueno a todos menos a mi. Cuando decidieron que lo mejor sería que me llevaran a aquel instituto, Nathaniel decidió comportarse mejor.
En fin, creo que aquí todo cambió y mañana me espera un largo día.
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La Mini Amber
Fanfiction-¡Daryl, despierta! - ¿Ah? -bostezo-... ¿Qué pasa, Violett? -¿Cómo qué "qué pasa"? ¡Hija mía, hoy te vas! Por un momento la chica rubia dudó en lo que su compañera le decía... Sus pensamientos se centraban en una pregunta: ¿Me voy? -¿Daryl? -Susurró...