¿Por qué huyes?
tú debes permanecer conmigo,
eres lo único que me queda.
El silencio se adueñó de tus manos.
Ya no sientes,
no quieres siquiera tocas tus pensamientos.
Te arrepientes de lo que nunca pasó,
¿te das cuenta?
te estás encerrando en una habitación oscura
y escondes las llaves en el estómago de una ballena.
Conseguiste lo que no querías, amiga:
aislarte de todo, hasta de tus versos.
Esos versos que siempre estaban contigo,
esos que te visitaban
hasta cuando te perdiste en los oscuros pasillos de un hospital.
Si deseas, déjate caer,
pero no me pidas que sujete de ti
si es que te arrepientes.
Encuentra la forma de irte.
Te lo digo yo: el reflejo del espejo frente a ti.