Inefable.

C U A R E N T A & T R E S

Sonrío mientras lo veo manejar, no me canso de decirle y pensar que es tan lindo. Su forma de ser, de actuar y esos detalles que cambian todo. Ni siquiera pensé en qué momento llegamos a esto, a ser novios y llevarnos e entendernos tan bien que asusta. ¿En qué momento se hizo tan especial para mí? ¿En qué momento dejé que eso suceda?

Veo que ya estaciona en el patio trasero de la casa y me saco el cinturón que tanto me molesta. Bajo y me quedo en la puerta esperando a que el apague el motor del auto, sale y voltea para sonreírme y tirarme las llaves del auto, las agarro en el aire y le respondo esa linda sonrisa.

— Un placer haber podido manejar tu auto— me abraza por los hombros y yo aprovecho para dejarle un beso, que por su altura solo logro dejárselo en el mentón.

— Cuando quieras...

Entramos abrazados por la puerta trasera de la casa y hacemos una parada en la cocina por pedido mío para tomar un poco de agua. River me empieza a contar, mientras termino de tomar el vaso de agua, la conversación que tuvo con Pietro cuando la abuela y yo fuimos al baño. Trabajo, estudio, proyectos a futuro, intenciones y gustos. Una conversación que a mi opinión la tendrían que tener suegro y yerno.

— ¿Vamos a mi cuarto?— me pregunta abrazándome por atrás y repartiendo besos por mi nuca.

— Está bien— pongo mis manos sobre las suyas en mi vientre y suelto esa carcajada a consecuencia de las cosquillas que causan sus besos— para.

— Dale vamos...

Me empuja apoyándome en la mesada dejándome sentir su bulto en mi trasero, muerdo mi labio dejándome llevar por esa sensación de sus besos tan incomparable e inefable. Me agarra de las caderas para comenzar a guiarme a la puerta, en todo momento deja de apoyarse en mí. Una luz en el living me hace alarmar, freno y River deja de abrazarme para alejarse un poco hacia atrás pero no me suelta de la mano. No puedo creer lo que estoy viendo, mejor dicho a la persona que estoy viendo. Tanta falta de contacto, estar con otras personas, en otros lugares y aunque me duela decirlo, me hicieron olvidar de él.

— Buenas noches— escuchar su voz me hizo confirmar que era él en carne y hueso, y no una alucinación del vino que probé— bonitas horas de llegar...

— Papá— me aclaró la garganta, puedo sentir a River ponerse tenso bajo el agarre de mi mano— ¿qué haces acá?— se para y se acerca para ponerse frente a nosotros, me mira de arriba y después baja la mirada a nuestras manos unidas. No puedo ver nada en sus ojos pero hay algo que me di cuenta que no va a cambiar, su frialdad conmigo.

— Buenas noches, mi nombre es River— le tiende la mano que no sostenía la mía, el hombre frente a nosotros se la acepta.

— Stephen, el padre de Azul ¿y usted es...?

— Mi novio— digo antes que River— es mi novio papá— me mira y levanta una ceja.

— No me lo esperaba— suelta la mano de River y cruza los brazos— ¿de dónde vienen?

— De una cena.

— ¿De una cita?— puedo notar su noto burlón.

— De una cena con la abuela y un amigo de la familia— le respondo lo más seca y fría que puedo.

— ¿Qué amigo?

— Estoy cansada— suspiró mientras me refriego la cara con una mano ignorando totalmente su pregunta—estamos cansados.

— Entendí que no me queres decir— suspira y sonríe falsamente hacia River— los dejo descansar— camina a las escaleras con las manos en los bolsillos— mañana es otro día.