Prólogo

30 5 1
                                    

Yo no quería...

Pero lo hice...

La sangre manaba de su pecho sin control y un charco de color escarlata impregnaba la moqueta blanca del hotel. Él estaba ahí,  inmóvil con los ojos en blanco y en silencio hasta que perdió el pulso.
Oí unos pasos que se acercaban por el pasillo y horrorizada por lo que acababa de hacer y el temor de que me encontraran,  eché a correr, abrí la ventana y salté desde el segundo piso. Seguí corriendo, las sirenas de los coches de policía me agobiaban y perseguían cada vez más rápido.  Me taladraban la cabeza y cada vez tenía menos fondo,  no podría correr mucho más... en ese momento me choqué con una figura humana y caí al suelo perdiendo la conciencia.

Asesina por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora