Eternidad

120 18 2
                                    

.

.

  —Quédate quieto.

—Pero...

—No, ya fue suficiente.

—Pero apenas si...

—Ya basta, MinHo, bastante tengo con que te hayas lastimado como para que encima vengas ahora a comportarte como niño caprichoso descuidándote una vez más. Ya has apoyado el pie lo suficiente por hoy, te han mandado reposo y es lo que menos has estado haciendo. Y antes que lo digas, no me refiero a los trabajos que ya tenías programados sino a sobre exigirte tan pronto fuera de ellos. Entiéndelo Min, te has lesionado bastante feo el tobillo y ya de por sí lo estarás sobre exigiendo con la nueva promoción, si sigues así solo vas a terminar empeorándolo y terminarás con un reposo aún mayor además de tener que detener todos tus proyectos.

—No exageres Tae...

—¡Bien, ya tú, has lo que quieras!

—Oye Tae, ¿sabes dónde están mis...!

—¡No tengo idea! —gritó, aún con furia apenas contenida. No solía enojarse, pero todos sabían mejor que meterse en su camino cuando lo hacía.

—¡Wow! ¡Cálmate Tae, solo preguntaba!

—Aisss, no es contigo Onew hyung, yo... —el menor sacudió la cabeza—. Me voy por hoy hyung, ¿sí?

—¿Pero, no que te ibas a quedar hasta que MinHo mejore? —preguntó su hyung confundido.

TaeMin negó con la cabeza, ¿qué sentido tendría aquello?

—No, hyung, prefiero ir a practicar por mi cuenta o ir a descansar antes que estar acá intentando cuidar de alguien a quien no le importa su propio bienestar.

—TaeMin...

—Mejor me voy —dijo sacudiendo la cabeza para que el mayor no dijera nada más y comenzó a pasar por su lado, dejando a dos muy desconcertadas personas detrás. Estaba cansado, se sentía frustrado y más encima ahora dolido. Todo estaba yéndole mal aquel día así que prefería tomar un poco de distancia y espacio hasta que se volviera a calmar. Si MinHo quería dañarse aún más el pie entonces sería muy su problema, él ya estaba harto de andarle haciendo de niñera en sus caprichos.

—¡Tae, espera! —le gritó MinHo de fondo.

Ni siquiera contestó, con un portazo que le salió un poco más fuerte de lo que planeó, TaeMin cerró la puerta del departamento de la banda y se encaminó hacia el estacionamiento donde estaba guardada su hermosa moto antes de subirse a ella y partir hacia un aún desconocido rumbo, sin olvidar antes bajarle el volumen a su nuevo celular debido a que no quería interrupciones a menos que fuera una emergencia total.

Vagó un rato y paró luego en un puesto de calle a comprar una salchicha a la francesa, de esas que comía tanto desde antes de su debut. Agradeciendo el que su casco le diera la posibilidad de una pequeña libertad de pasar desapercibido. Verificó su celular y borró con una mueca todas las notificaciones de llamadas perdidas de MinHo y dos de Onew hyung, maldiciendo al darse cuenta de que en su arrebato habría dejado preocupado al mayor y no era su intención andarle causándole problemas sabiendo las propias cargas que éste ya tenía a diario, por lo que, se detuvo a un lado de una plaza prácticamente desierta y apretó los botones para llamarle y dejarlo así tranquilo.

—TaeMin.

—Hyung, por favor, antes de que digas algo escúchame, ¿sí? ¿Está MinHo cerca tuyo?

—Sí, espera un segundo —se escuchó ruido y una voz muy conocida preguntándole al mayor que si era TaeMin quien le hablaba y que por qué se iba antes de escucharse el ruido de pasos y el cierre de una puerta— Listo, ¿qué ha pasado?

—No hyung, no llamaba para contarte nuestras estupideces, tan solo quería dejarte tranquilo puesto que sé como te pones cuando no sabes dónde me encuentro o me voy enojado y sé que hace rato te he dejado pensando en ambas. Sí, discutí con Minho porque el muy idiota quiere seguir practicando y está exigiéndole a su pie demasiado pero, me cansé hyung y necesito un tiempo para mí ¿sí? Mañana volveré creo, o sino nos veremos ya en la sesión dentro de dos días. Iré a dar unas vueltas más y luego me iré a mi departamento, quizás invite a Kai para hablar si puede ya que aún no hemos terminado de discutir sobre aquello... o tal vez solo descanse algo para despejarme, ¿de acuerdo?

Él había cambiado bastante en su forma de ser y de tratar a sus hyungs desde que fue aquel mocoso que conocieron. Ahora su relación con sus hyungs era un poco más de a iguales. Sobre todo con Onew hyung, con quién solía hablar realmente como alguien muy cercano y con quién le gustaba debatir temas con la seriedad que otros no les daban a ciertos temas al seguir creyéndolo un crío. Y lo era, nunca dejaría de ser menor que sus hyungs pero muchos parecían no creer que a pesar de ser joven ya era un hombre también. Onew y JongHyun hyung fueron unos de los pocos que no solo lo habían asumido sino que además aceptaban tratarlo en consecuencia y él se los agradecía enormemente.

EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora