Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)

27: lo único que queríamos

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NARRA JULIA:
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Había llegado a casa y ni siquiera me había enterado. En el camino, mi mente se había quedado en blanco y no podía recordar que había visto o sentido en ese trayecto. Ni oí los coches pasar, ni las personas hablar. Nada, absolutamente nada.
Supongo que era por el shock de hace unos minutos, de mi conversación con Melo en el parque. El shock de creer haber puesto punto y final a esto, de confesarle todo y no querer volver con ella.

Tan rápido cómo pude, me puse a estudiar. A cualquiera que se lo cuente le sonará estúpido, pero estudiar hacía que dejara de pensar, y eso hacía que no me pusiera mas nerviosa con mi asunto con Melo ya zanjado.

No sé cuántos minutos u horas pasaron, pero de repente llamaron al timbre de casa, pensé que sería Adriana pero no lo fue cuando abrí la puerta.
El shock volvió. Era Melo y mi cara tornó de expresión. Tan rápido cómo pudo, Melo pasó y cerró la puerta.

- Oye, ya lo sé, ¿vale? Sólo quiero hablar mas detenidamente contigo. - Dijo en señal de paz.

Le señalé el sofá con la palma de mi mano para que se sentara, y así lo hizo pero tres segundos después se levantó y añadió un "mejor de pie". No paraba de mirar al suelo y luego mirarme, así todo el rato y me ponía nerviosa.

Me acerqué a ella.

- Oye, tranquilízate, ¿vale? En serio, te veo muy nerviosa. - Le dije con un tomo calmado. - ¿Quieres algo para beber? - pregunté.

- ¿Ron tienes? - preguntó nerviosa.

Solté una leve y baja carcajada. No me esperaba esa respuesta.

-Si eso te tranquiliza, sí. Espera anda. - Dije y, seguidamente, fui a por dos vasos con hielo.

Los traje, le eché Ron a palo seco a Melo, y yo más de lo mismo.

Melo no hizo mucho caso al vaso, sólo pretendía hablar.

- Oye, allí en el parque se me ha ido completamente la olla al haberme lanzado a besarte. Lo siento, ¿vale? Es que no sé, todo este tiempo te he estado echando de menos y no me he acostumbrado mucho a que estés con otra persona.
Y de verdad, que no quiero cagarla contigo porque has sido y eres muy especial para mí, Julia, en serio. Así que quiero estar bien contigo, de buen rollo, siendo amigas tomándonos unos chupitos de Ron juntas. - Confesó y, seguidamente, se bebió entero el vaso de Ron.

Rellené su vaso de nuevo y cogí el mío

- Chin chin pues - Dije, aceptando sus disculpas y su nueva propuesta de amistad.

Chocó su vaso con el mío y nos lo bebimos de una vez.

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La botella de Ron estaba casi vacía. Melo y yo llevábamos un buen rato sentadas en el sofá hablando de tonterías hasta que me preguntó como me iba todo.

- ¿Qué tal la carrera? - Preguntó.

- La verdad es que me va genial. Tengo todo sobresaliente. - Respondí con una sonrisa.

- ¡Wao! Quién lo iba a decir. Hace un tiempo tus notas eran normales y ahora mírate... ¿a qué se debe? - Preguntó con un tono de piel rojo debido al calor del alcohol y con una sonrisa.

- Te lo diré con una condición. - Dije con el dedo índice levantado y sujetando el vaso casi vació de Ron en la misma mano.

- Está bien, qué condición. - Dijo con las manos levantadas y subiendo un poco los hombros.