Perdedores sin culpa.

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Cuando Thomas deshizo el abrazo se quedó viéndome por unos segundos y yo me vi obligada a hacer lo mismo. No sabía porqué comenzó a verme de esa manera pero no estaba en contra de que lo haga. No hasta que lo recordé. Esta había sido una buena mañana hasta el momento pero eso fue sólo porque no se habían propagado aún los rumores de lo que ocurrió anoche en la cabaña dos.

El hecho de que nadie sospechara de Thomas ni de mí no era motivo para estar demostrándonos cierto cariño frente a los demás participantes- cariño de primos, claro, pero malinterpretado-, pues Jessica podía estar entre aquellos y soltar de una vez todo lo que ella creía haber visto en la madrugada. Eso no me convenía para nada si es que tenía la intención de que Andrew sintiera algo por mí. Algo que no ocurriría si él pensaba que entre Thomas y yo pasó algo.

Pero creo que eso no iba a pasar si las cosas seguían de esta manera. Giré la cabeza y allí me encontré al susodicho Andrew Martini. Justo a quien esperaba, supongo. Y también junto a quien creía; su pareja, Stella Moss. Y no podía quejarme por lo que estaba presenciando pues, minutos antes, Thomas y yo estábamos haciendo lo mismo.

Ellos se dieron un gran abrazo, pero el hecho de que me haya sentido extraña no era porque simplemente se abrazaron sino que la manera en que lo hicieron tenía algo distinto. Algo especial. Stella, por supuesto, estaba más que sonriente al sentir el cuerpo de Andrew junto al suyo, yo también lo estaría y mucho más, quizá. A cualquier mujer en su sano juicio le gustaría el abrazo de un chico como aquel.

Eché un corto suspiro al observar la escena y Thomas lo notó, digo, cualquiera lo notaria, hasta puedo jurar que el mismo Andrew lo hizo. Pero Thomas lo sintió, porque luego de escucharme se acercó y puso uno de sus brazos sobre mi hombro.

-¿Qué haces?

Pero él no respondió. Supuse que tenía una buena razón para hacerlo, así que no pensé en oponerme a eso. Al contrario, aproveché para recostar la cabeza en su hombro, pero al instante me enderecé de nuevo, pues no estaba acostumbrada a estar tan cerca de él.

-¿De nuevo lo hizo, no?- lo miré, confundida.
-¿Hacer qué?
-Que te sientas mal.- mi expresión cambió de un momento a otro.
-¿Por qué crees eso?
-Yo también me sentiría de la misma manera si..- se detuvo mientras observaba mi rostro.-... si la persona que me gusta hiciera eso.
-Entonces me entiendes.
-¿En serio te gusta?
-En serio.

Él lo aceptó. Sabía que quería ayudarme pero el hecho de estar hablando del chico que me gusta y que me hace miserable a la vez no creo que de ningún modo me ayude mucho. Decidí que ya era mucha conversación con él para un día y, al ver llegar a Emma junto a Francois, fui hasta ellos para poder hablar con mi amiga y explicarle lo que había asegurado contarle hoy.

Caminé hasta ella, dejando atrás tanto a Andrew como a Thomas. Emma notó mi presencia y, de igual modo, se acercó a mí. Me dio un corto abrazo y luego le dijo a Francois que pasaría la tarde conmigo, él aceptó y juntas comenzamos a recorrer esos lugares, pero sólo nos quedábamos cerca de la pista de obstáculos pues aún no todas las parejas habían culminado el reto.

-¿Te cuento?
-Obviamente.- pidió con una expresión que denotaba emoción.

Acepté y comencé a contarle lo que había ocurrido anoche en la habitación donde se encontraba Thomas. Y, gracias al cielo, ella comprendió y no dudó de la explicación que le había dado.

-Entonces sólo quería hablar del casi-beso..
-Sí.
-¡Pero también quería un beso!
-¡Así es!- reímos.- Ridículo, ¿no crees?
-Pues, de hecho..
-¿Ocurre algo?
-No, no. Descuida.

La miré extrañada por la manera en que se puso a evadir la duda que tenía.

-¿Acaso crees que podríamos tener algo?
-Tal vez..
-¡Emma!
-Es lo que yo creo, nada más..
-¿Pero por qué lo crees?- me alteré.
-Sólo piénsalo. Ninguna chica se resistiría a los encantos de tu primo.- asentí, rodando los ojos.- Imagínate que él fuese encantador intencionalmente..
-La chica a quien esté seduciendo..- continué, entendiendo su punto.
-No aguantaría..
-Y haría una locura por él..- dije al final.
-O, tal vez, con él.- dijo, haciendo énfasis en la penúltima palabra.

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