―¡¡Aaaah!! ―El grito de Liam se escuchó en toda la casa.
La sala rápidamente se llenó de gente. Maggi, James, Ismael cargando al pequeño Andy, sus hermanos, su cuñado, su sobrino, su padre y finalmente Jon. Todos aparecieron con expresiones preocupadas, pero quedaron pasmados al ver a Liam en el suelo entre luces de navideñas, con la estrella dorada en la mano y elevada y enorme árbol de navidad sobre él.
―¿Qué demonios…?
―No se maldice frente a Andy ―susurró Liam desde debajo del árbol―. ¿Alguien podría ayudarme o se quedarán mirándome todo lo que resta del día? ―preguntó haciendo pucheros.
Todos soltaron un suspiro de alivio, si Liam estaba bromeando quería decir que estaba bien. Ethan comenzó con la carcajada y luego todos le siguieron, incluyendo a Jon que reía mientras ayudaba a Liam a salir de su enredo.
―¿Qué pasó, cariño?
―Pasa que soy demasiado bajo para este maldito árbol y estaba apurado, ya saben, para ir a hacer mis compras y por esas circunstancias caí de ese banco que además está cojo ―dijo Liam enfurruñado―. Al menos salvé la estrella ―dijo mostrándola a todos.
―Pudiste pedir ayuda.
―Pedí ayuda, pero nadie me hizo caso, ahora ayúdame ―ordenó. Jon rió y lo ayudó a ponerse de pie, quitándole las hojas del árbol que tenía esparcidas en su cuerpo.
―Bueno, parece que tendré mucho que hacer ―susurró―. ¿Alguien quiere ayudarme a limpiar este desastre?
―Cariño, ve a hacer esas compras que querías, yo me encargo del orden ―dijo Liss con cariño. Liam abrazó a su hermana con fuerza.
―Genial, ―Se dirigió a Jon―. Toma, pon la estrella, es importante y no la rompas.
―Bien, cariño, la protegeré con mi vida ―bromeó.
Todos se esparcieron alrededor de la casa. Su padre, hermano, James y Jon estaban construyendo la casa de Ismael y luego agregarían un cuarto a la casa grande para convertirla en la habitación de Andy, su hermana y Maggi habían decidido que pasaran las navidad todos juntos allí, ya que ahora era una gran familia, Ethan, su sobrino, estaba decidido de hacer su misión de vida el cuidar a Andy, y a Liam no le molestaba, ellos eran primos después de todo.
―Ok, entonces me llevaré a Ethan y Andy conmigo, tenemos mucho que hacer.
―Voy por el bolso de Andy ―dijo Ethan corriendo al cuarto que compartían Jon y Liam.
―Bueno, tres niños juntos y sin nadie que los cuide me parece irresponsable ―bromeó Thom.
―¿Tres ni…? ¿Me estás diciendo niño, hermano? ―preguntó Liam indignado.
―¿Ves? Eres un niño, solo uno reaccionaría así y haría pucheros.
―Bueno, yo soy yo, no quiero ser un amargado como tú.
―Bueno, bueno, deténganse ustedes dos, ambos parecen unos niños, vamos Thom, a trabajar en esa casa –comentó Martín.
―Ok, pá. ―Todo el mundo se dispersó, dejando a Liam junto a Jon y Andy, esperando a Ethan.
―¿Estás seguro que quieres ir con ellos solo?
―Sí, Ethan es un niño grande, no causa problemas.
―No lo decía por él.
―¡Jon! ―Liam golpeó el brazo de Jon suavemente, pero rió junto a él.
―Bien, cualquier cosa me llamas. ―Ethan apareció con el bolso del pequeño y llevó la silla de ruedas al auto. Jon besó a Liam suavemente y luego besó la cabeza de su hijo.