Capítulo 5

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Bostezo por decimoquinta vez, no he podido pegar ojo en toda la noche esperando a que Aaron se levante. Como yo sé que va a salir, y él cree que Eric no se ha enterado, se irá temprano para que ninguno de los dos le acompañemos. Sin embargo yo ya estoy vestida y mirando por una rendija de mi puerta para que cuando salga de casa le pueda seguir de cerca. Pasan cinco minutos hasta que veo como, silenciosamente, mi amigo abre la puerta de su habitación y baja las escaleras. Cuando abre la puerta principal, salgo de mi cuarto rápidamente. La cierra y bajo las escaleras, antes de irme cojo mi machete y lo enfundo.

No es difícil ver a Aaron a estas horas, es tan pronto que solo él está en la calle. Se acerca a la verja del pueblo y el hombre que está vigilando le abre, al cerrar aparezco yo, le digo que acompaño al chico que se acaba de ir y sin hacer preguntas me abre también. Aaron avanza unos pocos metros antes de introducirse en el bosque, y yo intento esconderme entre los árboles para que no me vea. Realmente va en busca de conejos, pues cada vez que ve uno, algo que no ocurre demasiado, va corriendo a atraparle.

Pasa una hora, y ambos estamos cada vez más lejos de Alexandría, además de que él aun no ha cazado ningún conejo. "Eres un cazador nefasto, pero te aseguro que eres la persona más valiente que conozco", pienso sonriente, si tan solo pudiese salir de mi escondite y decírselo...

De pronto, escucho un ruido, y al parecer mi amigo también, así que mientras él se esconde en unos arbusto, yo deslizo mi mano hasta el mango de mi machete, preparada para actuar.

-Sal de ahí, ¡ya!

Esa voz... Saco mi cabeza ligeramente de detrás del árbol en el que me escondo, temiendo que Daryl me haya pillado y me haga algo si no obedezco. Sin embargo, al asomarme veo como al que realmente ha visto es a Aaron. Mierda, ¿cómo se supone que voy a seguirle si va acompañado de alguien que escucha el más mínimo ruido?

Mi amigo sale con las manos en alto, pero por la cara que pone sé que no tiene miedo de que le estén apuntando con una ballesta. Parece que le cae bien, algo que no entiendo demasiado. No es que yo odie a Daryl, pero su comportamiento no es el adecuado si quiere vivir con nosotros, todos los de su grupo han sabido adaptarse y son simpáticos y agradables, ¿por qué él no puede ser así? Estoy observándoles atentamente cuando escucho un ruido detrás mía. Me giro para ver de qué se trata, y cuando dirigo mi vista hacia el lugar de donde procedía el ruido mis ojos no dan crédito a lo que ven. Detrás de un árbol bastante grueso, un niño de pelo oscuro y ojos color miel me observa atentamente. Ese niño es Nathan.

-April, ¿eres tú?

Asiento rápidamente y me acerco en silencio hacia él, pero cuando tan solo nos separan unos pasos, se esconde de nuevo. Acelero y llego a la parte trasera del árbol, ahí no hay nadie.

-No puede ser...-digo con los ojos abiertos de par en par.-Juraría que...

Me llevo las manos a la cabeza, acabo de imaginarme a mi hermano. ¿Pero que coño me pasa? Suspiro un par de veces para volver a lo que estaba, pero entonces me doy cuenta de que los chicos se han alejado.

-Estupendo,-refunfuño-simplemente estupendo.

Avanzo tras ellos con paso veloz, pero intentando hacer el menor ruido posible, apuesto a que el de la ballesta no vacilará en dispararme una flecha si me acerco más de lo que debo. Cuando estamos a punto de llegar a un pequeño claro, se paran. Observo a lo lejos un precioso caballo negro.

"¿Botones?", pienso. Aaron me ha contado tantas veces sus intentos por coger a este animal, que para mí se había vuelto algo imaginario. ¿Quién iba a pensar que hablaba enserio? Veo como Daryl y él se acercan sigilosamente para intentar no espantarlo. Están locos si piensan que van a atrapar a un caballo salvaje.

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora