El cuento

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La mujer estaba casada con el líder de la manada, con el cual tuvieron a un pequeño bebé, pero un día la mujer fue raptada por un hombre. Cuando ella volvió a la manada se encontraba embarazada, pero nadie más sabía eso. Cuando este ―segundo― hijo nació no fue capaz de matarlo.

La mujer había pasado todos los días encerrada desde que su pancita había presentado un bulto indicando que el bebé se estaba desarrollando. El hombre dejaba a su mujer tranquila evitando las preocupaciones, pero le costaba, ya que él se velaba por el bien estar de su mate y más si ella no salía de su cuarto. Cuando el bebé nació la mujer lo escondió dentro de su habitación y descansó por lo que quedaba de día.

¿Para qué matarlo? Se preguntarán ustedes. Dentro de la jerarquía de una manada poderosa como esta los seres que pertenezcan a la familia del Rey deben ser puros, lo que en parte quiere decir que no pueden existir hijos bastardos, y puesto que la mujer del líder había concebido un hijo de otro hombre nada podría salir bien de eso. Eso, determinado por los reglamentos que han sido respetados por tantas guerras, se llamaba infidelidad. Además, la mujer también sentía un horrible sentimiento identificado como culpa.

La mujer quería a su hijo a pesar de que fuera de otro hombre al cual no ama, pero si alguien se enteraba de la existencia de un hijo bastardo, matarían al niño. Ella no podía tener hijos con otros hombres, menos si es la pareja de su mate y mismo líder de la manada.

La mujer no se atrevía a contarle a su esposo lo ocurrido, pues este solo sabía que su pareja había sido raptada, nada más.

Al día siguiente la mujer salió de su cuarto y continuó con su vida como si nada hubiese pasado. Su mate ya estaba contento de poder verla tan bien y de buen humor.Ella le había dicho a su hombre que iría a dar una vuelta, pero lo que no le dijo era que llevaba su segundo hijo consigo.

Ya una vez afuera del territorio de la manada, la mujer empezó a correr con su bebé en brazos, acumulando todo el cansancio que le provocaba hacer eso después de tanto tiempo encerrada. Cuando la mujer por fin llegó a su objetivo, golpeó suavemente la puerta antes de entrar y la cerró cuando ya estaba dentro.

El lugar era una pequeña casita de madera. La casa de una bruja independiente.

La mujer había ido con la bruja para pedirle algún rechizo o cualquier cosa que existiese para poder arreglar su problema, pero no había algo perteneciente a la magia que pudiese ayudarla, hasta que a la bruja se le ocurrió una idea.

―¡Humanos! ―Exclamó.

―¿Humanos? ―Repitió la mujer.

―Sí ―contestó―, tienes que entregar el bebé a una familia humana. Con ese olor horrible y tan fuerte que tienen los humanos podrás esconder a tu hijo,  el olor de tu bebé todavía es débil. Si todo sale bien, de a poco el olor del niño y de los humanos se irán mezclando, por lo cual cuando sea un niño grande, será complicado encontrarle.

Había dejado al niño en la mesa de la casa y después escapó para volver con la manada

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Había dejado al niño en la mesa de la casa y después escapó para volver con la manada.

Durante el camino unos vampiros la vieron y no dudaron en atacarla. Como la mujer aun estaba agotada, no logró hacer mucho, por lo cual los vampiros terminaron por cazarla.

La mujer nunca volvió, nunca. Su mate estaba preocupado y mandó a soldados para que la encontraren, también todos los integrantes de la manada habían sido interrogados. Otras manadas se habían enterado, por lo cual también cooperaron en la búsqueda.

Después de tantos meses, un soldado había vuelto con la bruja que había ayudado a la mujer, y ella contó todo lo sucedido.

El líder de la manada cayó en una depresión horrible. Siempre cuando veía a su hijo jugar, se llenaba de ganas por haber conocido el otro hijo de su mujer. Después de un tiempo, mataron al hombre que había raptado a su esposa, la Reina más amada de su siglo, la cual siguió siendo buscada por un buen tiempo. El líder seguía recordando las mismas palabras de la bruja una y otra vez hasta que su hijo cumplió seis años. 

Ese mismo día, tres hombres lobos se encontraban en un parque. Estos se encontraban en su forma humana mirando y olfateando a todo aquel humano que pasase por aquel lugar, pero algo les llamó la atención.

De los tres, dos de ellos fueron a atacar a una mujer ,con un coche para bebés, en su forma animal. Cunado la mujer ya se encontraba muerta uno de estos lobos se subió al coche y miró detalladamente a la criatura, al pequeño ser humano.

El tercer hombre lobo que se había quedado mirando todo, y gracias a eso se dio cuenta de un pequeño niño que acompañaba su padre, ambos a una distancia relativamente lejana de el y sus dos compañeros. El lobo se acercó a estos humanos, y en cuanto el padre vio al lobo, entró de inmediato su hijo a la casa. El hombre lobo se transformó en cuerpo animal y fue corriendo hacia el hombre.

¡Habían encontrado al niño! ¡El niño que estaba adentro de la casa! ¡Era ese niño! Pero antes de que el lobo pudiera hacer o decir algo, el padre se enfrento a él con una escopeta con balas de plata.

Después de haber sobrevivido a esas peligrosas criaturas el hombre no tuvo otra opción que contarle a su hijo lo que pasaba. Bueno, hijo adoptivo, ya que ese niño era el bebé que había concebido la mujer hace ya unos cuantos años.

Era el mismo niño que había sido dejado en la mesa de esa casa. La familia humana siempre ha pensado que aquel niño les pertenecía y que es humano como ellos, pero en realidad ese niño es el hijo de una manada de hombres lobo.

Lo más terrible para la manada era que el mismo líder había salido en busca de su hijo, pero nunca volvió.

Entre más grande era el niño, menos notable era su olor.

La Elegancia Al Caminar [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora