Capitulo 21

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Una vez ellas aquí, ya tenía colocado sobre mi escritorio sus tres carpetas correspondientes

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Una vez ellas aquí, ya tenía colocado sobre mi escritorio sus tres carpetas correspondientes. Estaban mis brazos apoyados en los reposa brazos, mis dedos enlazados apoyados en mi barbilla.

—¿Y su amigo Federico?

—Ah, mmh.., —dudaron. Se miraron, indecisas —... Tal parece que él no quiere continuar —respondió Ashley.

—¿Pasó algo? —levanté una ceja, expectante.

—Esta un poco mmh —comenzó Julia —, más bien muy molesto. Él no planea seguir –su mirada única e inocente hacían a mí estomago dar un vuelco.

—Bueno. De todas maneras tenía que presentarse para clausurar —suspiré, llevando mi cuerpo hacia al frente y abriendo las carpetas —, no importa, empecemos con ustedes.

Deslice las carpetas y entregué a cada una un bolígrafo, tallado con el nombre de la empresa "Company Ferrer".

—Lean todas las cláusulas, y la que crean menos conveniente, como les mencioné. Pueden negociarla.

Dudosas tomaron el bolígrafo y la carpeta y comenzaron a leer, sus ojos iban de izquierda a derecha, una y otra vez.

—Si tienen duda...

Asintieron.

Deje que leyeran con calma mientras yo me movía sobre mi silla, de un lado a otro.

—Quiero negociar este punto —comenzó Ashley, era lo que esperaba, se veía una chica inconformista —. Quiero negociar la estancia —señaló.

Julia la miró. No pude distinguir la clase de mirada que le lanzaba.

—¿Y donde piensas hospedarte? —cuestioné —, no hay algo económico aquí cerca.

—Eso ya es asunto mío —respondió Ashley con grandeza. Julia rodó los ojos.

—De momento no tengo nada que negociar —informó Julia, poniendo los papeles sobre el escritorio —, ¿más adelante puedo hacerlo?

—Claro, este contrato es hasta un año, después de ahí sigue el de tres y así sucesivamente.

—Bueno, yo solo quiero eso —expuso Ashley.

—Bien, lo modificaré y mañana a primera hora lo mandaré para tu firma —dirigí mi mirada hacia Julia —, mientras tú, sí debes firmar.

—Bien —tomó el bolígrafo y dejó su firma plantada. No había vuelta atrás. Me sentía orgulloso, sin duda era una mujer decidida cuando se lo proponía.

—Entonces sería todo— me levante de mi asiento, caminé a la puerta para abrirles, imitaron mis movimientos y se marcharon dando un pequeño asentimiento.

Estaba satisfecho, Julia era todo lo que deseaba. Estaba comenzando a invadir y consumir mis pensamientos. Era algo extrañamente agradable.

 Era algo extrañamente agradable

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