One Shot

960 125 51
                                    


Sintió la garganta seca y sus manos a punto de temblar en cuanto recibió aquella invitación; la imagen de un par de palomas blancas sosteniendo en sus picos dos argollas doradas entrelazadas adornando el sobre le anticiparon el contenido, y con temor, abrió el papel y comenzó a leer, y conforme avanzaba, la inquietud crecía lentamente en su interior, pero por fuera seguía teniendo un ceño de indiferencia... Sanji iba a casarse...

- así que... al final sí te casarás con esa arpía usurera- comentó sarcástico Zoro antes de recibir una patada en la espinilla por parte del rubio que tenía enfrente

- ¡No hables así de mi Nami-swan, estúpido marimo!- reclamó Sanji con los puños cerrados y un puchero en el rostro

Cuando recién había conocido al rubio, el hecho de que se burlara de su cabello al decirle "marimo" le enfurecía, pero ahora, era más como un apodo cariñoso de llamarle, o eso es lo que a Roronoa Zoro le gustaba creer, ya que así se sentía un poco más cerca de la persona que, desde hace un par de años atrás, amaba en secreto. Sin embargo, ahora lo veía alejándose lentamente, dándole la espalda, y muy pronto, a muy pesar de él, tendría que separarse de Sanji o su relación se volvería mucho más dolorosa de lo que era ya. Después de todo, ¿a quién le gusta ver a la persona que ama siendo feliz con otra persona?

- es una ladrona- volvió a decir el peliverde con molestia, no sólo porque la chica tenía fama de estafar a la gente, sino que también estaba por quitarle a SU Sanji

- fuiste tú quien me la presentó, idiota- y cómo se arrepentía de haberlo hecho; si tan sólo no fuera tan cobarde para admitir sus sentimientos, pero a esa altura, ya nada podía hacer- y no deberías hablar así de una dama, mucho menos de ella, ¡Nami-san es perfecta!- una boba sonrisa apareció en su rostro mientras giraba emocionado sobre la punta de sus pies- ¡Nami~swan, Nami~swan, Nami~swan!

- ¡déjate de estupideces!- el peliverde soltó un fuerte puñetazo en la cabeza de su rubio amigo, haciendo aparecer un enorme chichón

- bueno, como sea- Sanji regresó a su actitud seria e, ignorando el dolor en su cabeza, miró al otro- nos conocemos desde hace mucho, y por esa larga amistad, quiero que estés el día de mi boda. Irás, ¿verdad?

- ¿no les parece que es muy pronto?- cuestionó, mirando la fecha de la ceremonia en la tarjeta... sólo una semana más y Sanji saldría de su vida para siempre

- llevamos planeando la ceremonia hace meses, estarías enterado si me pusieras atención...

- apenas y se conocen

- ha sido sólo un año y medio pero, en ese tiempo, me he dado cuenta de lo maravillosa que es Nami-san. Y estoy seguro de que es la mujer con la que quiero pasar el resto de mis días

- ya veo...- su corazón se desquebrajaba poco a poco mientras le escuchaba- ¿no son muy jóvenes para casarse?

- un viejo como tú no comprendería los deseos de esta generación- dijo con burla

- sólo soy tres años mayor que ustedes- remarcó el peliverde- además, el hecho de que sean jóvenes es una prueba clara de que se están precipitando

- ¿por qué parece como si quisieras impedir la boda?- Zoro abrió los ojos de la impresión, ¿a caso era tan obvio?- estás actuando extraño, marimo- se acercó ligeramente a Zoro, mirándole a los ojos, como queriendo ver a través de ellos- somos amigos, ¿no confías en mí?

- no... no es eso...- tragó saliva dificultosamente al sentir el calor del rubio muy cerca de su cuerpo. Mas su nerviosismo se hizo más grande cuando el otro se acercó más de lo que había hecho en toda su vida, esperando ansioso la respuesta de su amigo. El corazón se le aceleró considerablemente, si seguía acercándose más- S... Sanji, yo...

Aunque No Sea ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora