El trabajo Parte 2

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Leo está de pie al lado de mi cama con una sonrisa de autosuficiencia en la cara, la cual partiré más adelante.

— Tenías que haber visto tu cara, ha sido buenísimo — dice empezando a partirse de la risa.

— Eres gilipollas — digo incorporándome otra vez en la cama, ya que estaba en el suelo.

— Tienes 10 minutos para vestirte o le digo a Sara que no te querías despertar — dice y yo suelto un gruñido levantándome y arrastrándome como un zombie hacia el baño.

Sara es nuestra profesora de mates, aunque todo el mundo dice que un demonio cruel la poseyó y ahora la obliga a mandarnos más y más ejercicios, cosa en la que tienen razón porque he hablado un par de veces con él y es más majo de lo que aparenta.

Salgo del baño y en menos de lo que puedo darme cuenta estoy en frente de las puertas del insti rodeada por un montón de alumnos que van entrando. Decido adentrarme en la horda de zombies matutinos e ir a clase, ya que no me queda otra opción.

— ¡Clariiii! — escucho gritar y acto seguido Emma me abraza por el cuello y una sonrisa aparece en mi cara.

Emma y yo volvimos a hablar cuando me pusieron la escayola, ahora es mi mejor amiga y está saliendo con Luke, el mejor amigo de Leo.

— ¡Emma! — me giro para devolverle en abrazo.

— ¿Qué tal el finde? — le pregunto mientras vuelvo a buscar el cuaderno de mates en mi desastre de taquilla.

— Genial, me he ido a la playa con Luke, sus padres tienen una casa allí y pasamos el finde, ¿y el tuyo? — dice mientras baja un poco la cabeza para ocultar que se ha puesto roja. — Por cierto, tienes que ordenar tu taquilla, no se cuantas millones de veces te lo he dicho ya, pero no pararé hasta que la ordenes — trabajo de mejor amiga, cumplido.

— Ya lo se, y mi finde, pues... normal, dormir, pasar de haces los deberes, cazar un poco, hablar con mis padres. Tu ya me entiendes — digo, lo que hace que ella se ría por lo bajo. Ella ya sabe que soy un vampiro, pero no sabe lo de Leo.

— Aburrida — dice y las dos reímos.

— ¿De qué os reís? — pregunta una voz femenina que las dos reconocemos al instante. Amber.

Amber es la típica puta que se acuesta con todos los tíos buenos del insti y a las otras chicas las insulta para conseguir que nadie se nos acerque.

— No te importa un mierda, Amber — digo dando un paso a delante, amenazándola.

— Oh, claro que me importa — dice imitando me.

— No, ya te digo yo que no — doy otro paso más, ahora todo el pasillo nos mira.

— Dímelo o le cuento a todo el instituto tu mayor secreto — dice intentando intimidarme, cosa que no consigue.

— ¿Y cual es? Si se puede saber — digo, consiguiendo que se ponga nerviosa. No lo sabe.

— No te lo pienso decir — dice y yo me río — No te rías — acto seguido su puño impacta en mi tripa.

— No deberías haber hecho eso — Emma dice a mi espalda.

— ¿Por? — dice Amber con una sonrisa de autosuficiencia. Levanto la cabeza consciente de que mis ojos se han vuelto rojos y mis colmillos están empezando a salir.

Arremeto contra ella estampándola en las taquillas del otro lado del pasillo, y abro la boca para que vea mis colmillos y se acojone.
Unas manos me rodean la tripa y me alejan de Amber, cuando giro la cabeza, a Leo también le han cambiado los ojos a rojo y está mirando a Amber con ganas de matarla. Aprieto una de las manos que tiene en mi tripa y él baja la cabeza y se calma un poco.

— Esta bien, tranquilo — digo y me suelta. El pasillo vuelve a la normalidad, no creo que esa puta se vuelva a meter con nosotras. Vuelvo con Emma.

—  Eso a sido... ¡la hostia! — grita y yo tiro de ella hasta la clase de mates, a la cual llegábamos tarde.

Nos sentamos y sacamos nuestras cosas.

— Bueno, ya que estáis todos os voy a decir de que va a ir el trabajo...—

—¡¿¡¿TRABAJO!?!? — Sara no puede acabar lo que estaba diciendo porque la clase entera hemos gritado.

— Sí, trabajo. Van a ser 30 páginas sobre la historia de las matemáticas desde la época musulmana. Y lo haréis por parejas de mesa — Emma y yo nos miramos y suspiramos de alivio — Ahora tenéis que hacer las páginas 35, 40 y 45 enteras, las quiero ver antes de que acabe la clase.

— ¡Vamos a morir! — grita Simón, ganándose una mirada asesina de la profesora endemoniada.

•••••••••••

Ya han acabado las clases y Emma y yo vamos caminando hacia la biblioteca de la ciudad para hacer el trabajo de las narices.

— Bueno... Yo me encargo de buscar en los libros y tu copias, ¿ok? — pregunta y yo asiento con la cabeza.

••••••••

Después de estar 3 horas en la biblioteca,se nos han hecho las 10 de la noche y acabamos de terminar el maldito proyecto.
Voy recogiendo nuestras cosas mientras que Emma espera a que se impriman las 30 páginas. Cuando las guarda en la carpeta la paso su mochila y salimos pitando a nuestras casas a una velocidad que no es ni medio normal, ya que hace un frío que pela.

Mañana es el día límite para entregar el trabajo.

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HOLAAAAAAAAA

AQUI ESTA EL CAPITULO NUEVO

ES LA SEGUNDA PARTE PORQUE ME DI CUENTA DE QUE SE ME BORRO MAS DE LA MITAD DEL CAPITULO ANTERIOR

GRACIAS POR LAS 5K!!!!!!!!!!!!

SALUDITOS A @ignabooks

😍😍😍😍😍😍

HASTA MAÑANAAAAA🙂🙃

Instituto Equivocado/ #Premiosyoumakeup |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora