Capítulo 22

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Narra Edgar

El rayo de luz que parecía un oasis en medio del Limbo se fue opacando hasta desaparecer, y este oscuro lugar recuperó la lobreguez que ha tenido siempre.

Todo volvió a ser como antes.

No...

No realmente.

La visita del Yelo lo había cambiado todo.

Se hablará de esto por todo el infierno en los siguientes días, tal vez en los siguientes meses o años: de la vez cuando un Angelus bajó por primera vez en mucho tiempo sólo para agitar el ambiente "sereno" que estábamos llevando.

Había cambiado todo.

Y no lo digo solamente por las complicaciones que podría llegar a provocar con su famosa carta, a lo que me refiero es que había cambiado algo en mí.

Ha sido un día agotador. 

Mirando hacia la oscuridad, abrí un foribus y me dispuse a encaminarme a mi Locus Requietionis. No había hecho una extensa jornada de trabajo, pero estaba muy cansado, y no físicamente, si no que mentalmente que es mucho peor. Tenía muchas cosas en las que pensar y la cabeza me había empezado a doler.

Tengo que contarle todo al Naiko, aclararle las weas y que me ayude con esto.

Lo necesito.

Narra Nicolás

-Bueno, yo, eh...- titubeaba demasiado mientras desviaba la mirada, evitando mi cara. ¿Qué habrá hecho para que esté tan nervioso?- Como digo esto... ni siquiera sé si lo entenderás.- Estaba pasándose las manos por la frente como si estuviera muy arrepentido por lo que hizo.

-A ver Naiko, cálmate ¿ok? No creo que lo que sea que hayas hecho sea tan malo. Quiero decir, sólo hiciste que una anima fuera "feliz". Ni siquiera está tan alegre, solo tiene un semblante diferente a "pásenme una cuchilla, soy suicide boy". Es más, sólo se le formó una curvatura en sus labios...

-Nicolás, sí es malo. Hice exactamente no debo hacer. Soy un Tortoribus, se supone que debo torturar a las animae, hacerlas sufrir, que supliquen piedad, no sacarles una sonrisa.

-Pero, ¿qué le hiciste?

Dudó antes de hablar y miró hacia arriba, como si estuviera escogiendo las palabras correctas.

-Alteré sus recuerdos, más bien los transformé.

-¿Qué?- ¿Transformó sus recuerdos? ¿Eso es posible?- ¿Cómo hiciste eso?

Lucía preocupado por sus actos, tanto que había empezado a mover sus manos por el nerviosismo.

-Entré por su Lux, fui a su memoria y le hice un exponentia que encontré en uno de los libros del Jaime.- Al ver mi cara de signo de interrogación, volvió a hablar.- Exponentia significa hechizo en tu idioma.

¿¡Qué!?

-¡¿Hechizaste al Óscar?!

-No grites por favor.- Y acto seguido me tapó la boca con una mano.- No quiero que él lo sepa...

-¿Qué no quieres que sepa?

El Naiko se sobresaltó y se dio vuelta casi instantáneamente, quedando cara a cara con el Óscar.

-No, no, nada Óscar. ¿Sabes? Ni siquiera estábamos hablando de ti, es que... eh... - ¿Qué le iba a decir? ¡Pichulás piensa algo!

-Quiere organizarle una fiesta sorpresa al Caput- dije instintivamente.

¿Por Qué Estás Aquí? // [Jainico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora