La liebre y la tortuga

Liebre era arrogante, pero todo cambió cuando conoció a Jimin, o Tortuga.

Éste animal era demasiado humilde y amable, tierno e inocente y a Liebre no le costó caer rendido a sus pies.

Veía como Jimin caminaba tranquilamente, despacio, mientras saludaba a sus amigos, los demás animales. Hoseok sabía que éstos querían a Tortuga y le tenían respeto ya que le había ganado a él, pero ellos no tenían idea.

Liebre se había dejado ganar por Tortuga, quien se había esforzado tanto y como Liebre estaba perdidamente enamorado de Tortuga, quiso hacerlo feliz.

Los animales se burlaban de él, del animal agrandado que perdió contra el más lento por su confianza y su mala jugada. A Hoseok no le importaba con tal de ver esa sonrisa en Jimin, quien era el único que no lo maltrataba ahora, sino que lo cuidaba.

Hoseok sentía que fue buena idea perder, porque su amor por Tortuga valía más que el orgullo. Además de que se habían vuelto cercanos y los sonrojos de Jimin hacían a Liebre emocionarse y todas esas cosas que el amor implicaba, porque Liebre había caído, y profundo.

¿Y quién dice que Tortuga tampoco lo hizo?