Stay with me

Closer

Corrí con mi querido y amado Owen para abrazarlo cuando me aparta en seguida.

-Sal ya, Danielle.

-¿Qué? Pero...lo hice todo bien. Están todos muertos ¿ves? Los maté a todos y cada uno...yo...ni siquiera se mueven.-balbuceé.

-No es eso...la policía vendrá por ti. Estarán aquí en uno o dos minutos.-me dio la espalda y comenzó a caminar lejos de mí.

-Tú...¿Tú los llamaste?-pregunté triste.

-En las calles, Danielle, se está comenzando a decir que tú eres la reina del crimen, la asesina a sangre fría, la estafadora doble cara...no yo. No puedo permitir que eso suceda porque el jefe en esta ciudad soy yo. No puedes superarme ¿comprendes? Ahora veo lo que intentabas lograr. Arrebatarme el trono.

-Pero...yo...-estaba llorando y balbuceando.-Yo...me enamoré de ti, Owen. Yo jamás quise quitarte nada. Perdón...no...no...

Oí las sirenas y lloré con más intensidad. Cuando vi las siluetas de los policías, Owen ya se había ido.

Me llevaron a una prisión,  una de las pobres. Al principio pensé en no poner resistencia, pero a medida que pasaba el tiempo allí dentro me iba aburriendo y decidí escapar.

Una noche, robando una joyería, me topé con Owen.

-Hola, mi amor.- dije lanzándome a sus brazos.

-¿Qué haces aquí? La alarma de la comisaría está activada. Hay pocos minutos para escapar.

-Pues estoy robando, claro. Ya te sientes mejor de nuestra última discusión. Creo que aún hay tiempo para reconciliarnos ¿verdad?

Sonrió y me besó. El bolso donde llevaba todas las cosas cayó al piso y le seguí el beso que por tanto tiempo había fantaseado.

 Entonces se separó, tomó mi bolso, se fue y llegó la policía.

La siguiente prisión no era nada parecida a la anterior. Esta era de ultra seguridad, con buenos barrotes y guardias serios. La verdad, intenté escapar dos veces y no pude salir. Los guardias no mostraban interés en mí, los barrotes no se movían y monitoreaban siempre mi ubicación.

Creí que me quedaría allí para siempre.

Hasta que apareció aquella mujer seria, sin gracia y vestida formal. Y me reclutó en su agencia.

En su...academia de espías.

-Danielle di Amico?-me preguntó.

-Sí, señora.-respondí.

-Bienvenida al mundo del espionaje. Sé que eres la indicada para este trabajo. Te he estado vigilando durante un tiempo.

-Eso da miedo, pero...¿Porqué debería ayudarle?

-Hablé con la presidenta Carter...-mencionó bajando la mirada.- Si lo haces bien serás libre.