Buscandote

47 2 0
                                    


Allí estaba, en esa maldita casa que olía a ratas. Por más que intentaba escapar no encontraba salidas. Aquello debió haber estado planeado con anticipación. ¿Pero por qué? Bien podría ser por su territorio. El terreno que ocupaba la familia D siempre había sido codiciado. Aquel maldito alfa pelirrojo no se saldría con la suya.

Se sentó en una esquina y miro hacia el techo. La lámpara tintineaba desde hacía un rato. Era un poco desesperante. La habitación no tenía ventanas y parecía no tener entrada ni salida. El tiempo siguió pasando. No sabía cuánto llevaba allí pero ahora se sentía asfixiado. Se encogió sobre sí. Quería salir de ese lugar.

- Disculpa la tardanza. – escucho una gruesa voz. Levanto un poco la cara – tenia asuntos que atender mi pequeño Lucy.

Se asustó. ¿Quién demonios era? Nadie le decía así a parte de su madre y su abuelo. La luz dejo de titilar y la habitación quedo en penumbra, aquel foco no tardaría en ser basura.

Luffy se paró y quiso huir... pero... se mordió el labio inferior y su sangre empezó a fluir... ese lugar había sido diseñado para vencerlo. Sí. Estaba débil, física y mentalmente... el pelirrojo se acercó más y más hasta dejarlo acorralado contra la pared... miro a Luffy atentamente a los ojos. A pesar de todo su espíritu de lucha seguía. Entonces supo que aquello seria dulcemente entretenido y chupo el pequeño hilo de sangre que escurría por el labio del más bajo.

El Mugiwara sabía que si aquello continuaba no podría deshacerse nunca de ese maldito pelirrojo ya que una vez apareado no había vuelta atrás. Los cambiaformas marcaban a su presa con hormonas únicas que eran como una droga para el receptor. Una vez insertadas, se necesitaban constantemente hasta morir y la única forma de proporcionarlas era mediante el sexo.

Kid tomo sus labios a la fuerza mientras lo sujetaba del pelo. Luffy solo dejo caer sus lágrimas. Law, ¿Dónde estaba Law? La lengua del lobo rojo encontraba suficiente oposición como para excitarse más y más.

Entonces lo dejo para seguir con el cuello de su víctima mientras sus manos subían por debajo de la playera de Luffy. – Noo... no quiero... ¡¡basta!! – chillo. Estaba desesperado. No podía coordinar adecuadamente sus movimientos. Kid no tuvo delicadeza alguna cuando acostó en el piso boca abajo al Mugiwara y rompió sus ropas.

La mano de Kid era firme contra su cuerpo y lo mantenía fijo en un lugar. Olio su espalda. Y bajo lentamente mientras que con su mano acariciaba el pene de Luffy quien no podía hacer más que hipar y llorar – No sigas, por favor. – Kid volvió a subir solo para jugar con sus orejas hasta que le dijo – Serás mío... solo... mío.

Y entonces sin ninguna preparación Kid se introdujo hasta el fondo. -¡¡¡Waaaaaa!!! ¡¡Para, para!! – rogo. Pero Kid solo continuo una y otra vez aferrándose al cuerpo de Luffy. Sus colmillos empezaron a salir y su excitación crecía más y más.

Poco antes de liberar su semilla sus ojos se volvieron rojos y sus colmillos se abrieron paso a través de la delicada piel del Mugiwara que estaba cansado. Kid lo reclama como suyo bebiendo la sangre del pequeño...

Supo de inmediato que algo había ocurrido en Merry cuando su padre Doflamingo entro cantando y bailando a casa. Law no sabía por qué razón en especial odiaba ese lugar su padre. Días antes había escuchado las pláticas que sus papás mantenían. Al parecer las cosas en Merry estaban mal políticamente. Se animó a preguntar por ello y lo único que recibió fue una sonrisa gigante seguida de – Al fin la familia D está cayendo. Su pequeño hijo ha sido secuestrado - y relamiéndose los labios siguió – ojala termine muerto– termino con una macabra risa.

Trafalgar Law era el hijo de Crocodile, el jefe de una banda de trata; Vergo un detective e infiltrado en la policía y Doflamingo, el narcotraficante más temido en las últimas décadas. Law suspiro. Hubiera preferido ser adoptado por su tío Corazón que por esos tres locos.

TrinumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora