- Yo ya no te considero mi padre, Carlo.- él soltó una carcajada espeluznante que logró ponerme el vello de punta.
- Te guste o no necesitarás mi ayuda para salir de la ciudad. No podrás lograr nada sola, nunca has podido.- remarcó con un tono divertido.
Pero a mi aquello no me provocaba ni el menor rastro de humor. Sin embargo en algo tenía razón, y era en que no podía hacerlo sola muy a mi pesar.
- Y después me soltarás.
Anduvimos ocultos durante horas hasta llegar a un almacén abandonado a las afueras de la ciudad. Oculto entre las ruinas de una antigua muralla que actualmente apenas era una pared. Me quedé sentada en una silla de tocador que desentonaba completamente con el lúgubre y y polvoriento edificio.
- Así que aquí era donde pasaba todo... mientras mamá se desvivía por sacarnos adelante.
- Querida, eso es cosa del pasado, ahora vamos a hacerte un "cambio de look".- Carlo hizo un ademán con la mano y una mujer salió de la nada.
Era de piel pálida y muy delgada, y su pelo estaba recogido en un trabajado moño negro, adornado con varias horquillas perladas, formando una corona.
Se posicionó detrás de mí, y empezó a examinarme de arriba a abajo. Desde mi larga cabellera castaña hasta mis manoletinas de terciopelo, totalmente embarradas y manchadas de diez mil cosas diferentes por la caminata.- Veamos que puedo hacer.- me dedicó una cálida sonrisa y comenzó a trabajar de forma tan hábil y rápida que daba gusto ver sus delgados dedos arremetiendo contra mi pelo.
Después de tres horas allí metida y sentada, sin poder moverme y hablar, ya estaba lista. Estaba totalmente irreconocible, aunque de eso se trataba.
Mi cabello largo, laceo y oscuro se había transformado en una media melena pelirroja, más tirando a un naranja mandarina, y totalmente trenzado de forma horizontal en la mitad de mi cabeza. Sin embargo todavía conservaba las raíces de mi color natural. Me había colocado unas lentillas azules graduadas para sustituir mis preciadas gafas. Por último me había prestado ropa como una camiseta blanca de algodón y cuello cisne, con chaqueta de cuero estilo motero y unos pantalones pitillo con botas militares rojo burdeo.La verdad que estaba bastante satisfecha con el resultado. Me gustaba mucho mi nuevo aspecto y no paraba de admirar mi reflejo en el espejo, era increíble. Carlo se acercó a mi y dejó unas llaves dentro del bolsillo de la chaqueta.
- Hora de cambiarse de ciudad, Aurora.
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Asesina por accidente
Mystère / ThrillerMe llamo Aurora Star y soy culpable de un asesinato, yo no quería hacerlo, pero me forzaron. Ahora soy una de las más buscadas, mi vida corre un grave peligro.