[Capítulo 5.] Planes.

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Zayn.

Cierro la puerta del gimnasio tras de mí y camino unos pasos, no puedo creer lo que acabo de hacer ¿De verdad invité a Styles a una maldita cita y lo llamé "Harry"?

<Sí, Zayn.>

Me voy a concentrar en mis actividades y luego veré si lo cancelo o tal vez me surja algo. De inmediato camino más rápido hasta la caminadora y comienzo a pre-calentar, pienso en la peculiar noche en la que él y yo estuvimos juntos, y al verme al espejo, noto que sonrío. Oh no, esto no será como una de esas novelas juveniles en donde me termino enamorando de él por solamente haber tenido sexo.

Siento una mano palmear mi hombro con suavidad y cierro mis ojos con frustración, no existe algo más fastidioso que vengan a joder cuando estoy entrenando. Quito uno de mis auriculares y coloco mis pies en cada borde de la máquina.

—Hola, guapo, me preguntaba si me podrías ayudar con algo en el baño —dice con un todo algo agudo, seduciéndome o intentándolo al menos. Asiento, sabiendo a dónde quiere ir y me bajo de un pequeño salto. Él se impresiona y hago una seña para que camine, sus caderas se mueven de una manera que me hacen enloquecer, por personas así es que me encanta follar. Cabellera rubia, ojos celestes, cuerpo delgado y delicado, por Dios, es precioso.

A los segundos de entrar, él me lanza contra una pared y sus besos van directamente hacia mi cuello y un grave rugido sale del fondo de mi garganta. Llevo mis manos hasta su cintura y lo acerco con fuerza.

—¿Sientes lo caliente que me pone tu maldita forma de caminar? —comento ronco y él jadea, lo más posible es que sea una pequeña puta pero no me importa. Follar es follar.

Jadea y en un hábil movimiento me baja los pantalones junto con mi ropa interior, sus manos cogen mi duro miembro y lo masajean.

—Está muy caliente y es tan duro, me encanta. Lo quiero dentro de mí —dice en un ronroneo, beso sus finos labios y lo empujo hasta el mesón, dejándolo de espaldas a mí. Bajo sus pantalones y boxers, abro sus piernas y me coloco en medio de éstas. Me inclino y agarro su cabello con fuerza, haciendo que vea su reflejo en aquel limpio espejo.

—Te miraras al espejo mientras te follo, rubia —digo sobre su oído, él jadea y sonríe coqueto. Sin previo aviso penetro su blanco traserito y él chilla, comienzo a dar pequeños empujones hasta estar por completo dentro. Muevo mis caderas con mi vista pegada al espejo, sus mejillas se tornan rosas y sus labios de un color carmín por el beso, aunque no se encuentra del todo bien. No es lo mismo que antes. <Haaaarry>. Uhg, no.

Pero pensar en él me hace sentir de alguna forma completo y feliz, mis embestidas se vuelven más fuertes y aquel rubio pide que pare, hago caso omiso a sus suplicas. Descargaré mi furia en él, tal y como tenía planeado golpear a aquel saco de box.

—¡Por favor, me duele! Dios, para, me correré ahora mismo —jadea desesperado mientras su aliento empapa el vidrio, sus manos están sobre mi pierna y sobre el mesón del baño, apoyándose para no caer. El sonido de nuestros gemidos y mis impactos contra él son lo único que resuena en aquel gran baño del lugar. El rubio es el primero en correrse, segundos después me vengo dentro de él, un cálido liquido escurre de su zona rosa y sonrío satisfecho. Retiro mi erección con lentitud y ambos nos quejamos, pero soy el primero en levantarse las prendas e irse de allí tranquilo y sin cruzar palabras.

Ahora, a terminar de entrenar para ir a casa.

[...]

Dejo mi bolsa de entrenamiento en la sala y Liam llega en el momento justo, Liam es mi hermano pero, gracias a mis padres, no lo sabía hasta que pasaron más de diez años. Es una gran persona, lo considero mi único mejor amigo en este triste y demacrado mundo.

—Zy, ¿cómo te fue hoy? —pregunta lanzándose en el sofá a mi lado, echando a perder su bien planchado traje, aunque jamás le ha gustado estar en esto, igual que a mí.

—Bien, pero ¿Sabes algo? Creo, creo que hoy tengo una cita.

Él se asombra y me queda viendo perplejo, lo sé, yo estaría igual si fuese él.

—¡AL FIN, HERMANO! —grita y de inmediato siento vergüenza por habérselo contado, me felicita y con empujones me obliga a darme una ducha, aunque tiene razón, huelo a mil demonios juntos.

Horas pasan y veo el celular de Styles en la cama, me recuerda aquella noche y la verdad, sonrío igual que un tonto enamorado. Fue una buena follada. Mi reloj de mano dicta las 8:15 y a las 9:30 él estará aquí, aun no tengo pensado qué hacer o a dónde llevarlo.

<Aquél lugar> resuena en mi cabeza y hago caso, ese lugar es mi favorito y el chef es uno de mis más allegados, muerdo mi labio algo nervioso y me recargo sobre el respaldo de mi sofá en la habitación.

Debo ir a preparar todas las cosas, tal vez salga divertida esta cena.




[Nota] Creo que me demoré un poco. Pido disculpas, voy a subir dos capítulos o tres. 

|Atracción|  Zarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora