Mis padres habían quedado encantados con Lauren, sobre todo mi padre quién era el más sobre protector de ambos. Se la había pasado toda la mañana hablando acerca de lo bromista y carismática que era mi novia, haciendo mención a que la ojiverde reía de todos sus chistes comprendiendo su sentido del humor. Algo que según él, nadie en la familia lograba entender y admirar.
Por otro lado, me encontraba totalmente aliviada luego de nuestra pequeña charla, y creo que la idea de Lauren viajando junto a mí hacía Nueva York comenzaba a hacerme ilusión. Había conseguido quererla aún más después de lo compresiva que había sido respecto a la situación, si eso era posible.
Había tomado una ducha para relajarme, pero noté algo en mi tobillo. Allí justo donde aquella flecha de cazador había atravesado mi piel, se encontraba una pequeña abertura que parecía no querer sanar aún. Me parecía muy extraño, ya que no lo había notado antes y el ataque había ocurrido hace días. Tal vez Normani pueda ayudarme con ello, pensé.
Entonces cuando estaba por tomar el teléfono para poder llamarla, éste comenzó a vibrar sobre la mesita de noche con el nombre de Enzo plasmado en la pantalla. Fruncí el ceño y lo cogí con curiosidad para contestar.
-¿Hola?
-Hey Mila, ¿Has olvidado a tus amigos?.- Sonreí al escuchar su rasposa voz del otro lado de la línea.
-Claro que no Enzo. Pero mis vacaciones me han mantenido muy ocupadas.- Solté una risa entre dientes.
-¿Tanto así?
-Ni te lo imaginas.
Enzo era uno de mis amigos en la facultad, lo había conocido en mi primer año de universidad junto con Peyton. Ambos se había convertido en mis mejores amigos y en personas realmente importante para mí durante los años de carrera. Enzo estudiaba bellas artes y Peyton se había inclinado por el lado de la música como yo.
-Eso suena misteriosamente interesante.- Ambos reímos por su comentario.
-¿Cómo está Peyton?.- Pregunté haciendo referencia a la castaña risueña que ambos teníamos por amiga.
-Todo los días menciona cuanto extraña salir de compras contigo y también que la rescates de una fiesta cuando está ebria.- Mencionó haciendo énfasis en la última parte.
-Lo entiendo, ¿Has estado haciendo mi trabajo?
-¡Dios Mila! ¡Es agotador!.- Se quejó como un niño pequeño haciéndome reír otra vez.
-Un mes más y vuelvo para asumir mi rol como la responsable.- Aseguré para tranquilizarlo.
-Eso suena bien. También te extraño.- Susurró esto último esperando una respuesta.
-¡¿Es Mila?!.- Escuché un chillido antes de poder contestar a Enzo. Lo que significaba que mi loca amiga estaba presente.
-Si, es ella pero no te dejaré hablar.
-Pon el alta voz ahora Carter o te arrepentirás.- Amenazó Peyton y podría jurar que lo señalaba con un dedo acusador.
-Te dejaré Camila. Ella está mirándome como si quisiera matarme. Te queremos, adiós.
-Los quiero también.
-¡No te atrevas a colgar!.- Eso fue lo último que hoy antes de el sonido que señalaba que la llamada había sido finalizada.