Caputilo 18

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Abrí los ojos como platos en cuanto lo vi. Mi cara debía de ser muy épica y la de él aún más. Por fin lo tenía frente. Pero estaba tan cambiado. Si no lo tuviera tan cerca pensaría que es todo un sueño. No sabía cómo reaccionar ni como pensar. Por fin estaba frente de mi, ¿porque está tan cambiado? El estilo de su ropa era distinto, su cabello era distinto. Ya no era de ese hermoso rubio sino un color negro.

— ¡Leo! - dije con algo de entusiasmo. Él me miró breve mente. Sonrío solo un poco.

— Hola - su todo de voz era distinto o es que me lo estoy imaginado de esa forma.

No sabía qué decir. Era la primera vez que me quede solo observándolo. El parecía no darle importancia o eso parecía. Se metió las manos a sus vaqueros y cambio su miraba brevemente al lado derecho.

— Veo que estás bien...

Fue lo único que salió de mi cabeza. Tal parece que realmente solo fui su roommate ni siquiera amigos. ¿Porque me protegía entonces? ¿Porque me espanto a tantos chicos?

— Si estoy muy bien

— Me alegro...

Baje la mirada rendida. El no tenía ganas de hablar eso era obvio. Estaba aún más desilusionada. Yo con tantas ganas de verlo y el solo está hay por que si.

— No sé si lo notaste pero deje una carta para ti con el dinero de la renta

— Oh si lo vi

Ok ya no aguanto más esta mierda. Era mejor que ni me lo encontrará.

— Gracias por no dejar que me mataran

Metí las manos en mi sudadera. Quería irme ya de aquí. No lo soportaba más.

— Trata de estar pendiente, no estaré siempre para salvarte

— Lo sé... 

Todo se volvió incómodo así que simplemente intente de actuar como si nada estuviera pasando como lo hacía siempre con el.

— Hasta luego gusto en volver a verte - moví mi mano en despedida dándole una sonrisa cariñosa y sin mirar a tras comencé a caminar. Sentía un nudo en la
Garganta él nunca había sido tan frío conmigo. Jamás. Y que fuera así dolía bastante. Parece que nuestra amistad se había terminado por una estupidez un estupido mal entendido.

Cuando llegue a casa lo único que logre hacer fue llorar y estar molesta conmigo misma. Luego de un rato pensé que él era el pendejo. Como volvió con ella ahora su amiga no vale. Pues que le rompieran el culo. Haya él con sus mierdas yo no me iba a joder más por una persona como el. Seguiría mi vida. Por lo menos sé que está bien o eso es lo que aparento.

•••••

Desperté por algo que lamia mi nariz. Fruncí el ceño ya que no había ninguna razón por la cual algo estuviera lamiendo mi nariz. Abrí los ojos como platos con algo de miedo. Encontrándome con una pequeña bola te pelos con ojos celestes mirándome atentamente.

— ¿Cómo entraste aquí bola de pelos? - exprese mirando al pequeño gato color negro que estaba encima de mi. El gato solo se quedo sentado mirándome. Luego de un momento volvió a acurrucarse a mi lado. Formándose en una bolita.

Arquee una ceja mirándolo. Me levante de la cama buscando alguna razón por la
Cual ese gato entrará. Cuando lo note. La puerta del balcón de había quedado abierta. Lo que significada que había entrado por ahí. Me giré a mirando que aún estaba muy cómodo en mi cama.

— ¿Con que muy astuto ah?

El solo maulló y se estiró. Arquee una ceja dándome por vencida. No era una mala persona como para sacarlo de casa. Tal vez tenía frío, tal vez tenga hambre.

— ¿Tienes hambre bola de pelos?

El gato como si entendiera corrió a mi dirección. Comencé a buscar algo que el gato pudiera comer. Lo que iba al mercado en buscar de comida.

— Supongo que puedes comer esto mientras compro algo.

Me di su comida mientras lo observaba pensé en que nombre ponerle mientras estaba a mi lado.

— ¿Cómo debería llamarte? ¿Bola de pelos?

El pequeño gatito solo me ignoro y siguió comiendo muy feliz mente.

— Eres amargado sabes? - me cruce de brazos arqueando una ceja — Te pareces a alguien que no quiero mencionar... - volví a decir.

— Si si!! Leito... - murmuré después que le pase a un lado y fui directo al baño. Cuando salí lo encontré acurrucado y dormido en una esquina encima de la alfombra.

Una semana después

El gatito o más bien Leito como le había puesto se quedó prácticamente de inquilino en mi casa. No tenía el descaro de echarlo lo cual prácticamente lo adopte. Es muy dormilón, ama la comida y no es como otros gatos que es cariñoso. Bueno lo es cuando tiene hambre pero cuando le das lo que quiere se va corriendo. Si así mismo de interesado. Aun así comienzo a tomarle cariño. Me gusta su compañía, por lo menos se acuesta a mi lado cuando estoy diseñando.

Salgo con otro boceto terminado. Hoy veré qué está habiendo Marie con el ultimo diseño que le entregue. Por lo que me explico tiene una gran parte del lujoso y hermoso vestido. Estoy muy ansiosa por ver el resultado. Amo mi trabajo. Llego.

— La reina de los vestidos ya está aquí - dice Marie caminando a mi dirección.

— Deja de exagerar Marie - negué con la cabeza divertida.

Noté que había una mujer dándonos la espalda mirando vestidos junto con una ayudante.

— El bebé está casi terminado, ¿traes el otro?

Levanto mis cejas y ella chilla de la emoción.

— Chicas cálmense deben dar una buena impresión - dice la cajera con una enorme sonrisa. Me acerco a ella.

— ¿porque?

— la mujer que está mirando los vestidos es una millonaria

— ¿Y?

Ella se ríe ante mi respuesta.

— Ella está interesada en tus vestidos. Parece que se a enamorado de ellos.

— Pues que los compre todos...- hablo Marie a mi espalda riendo. Yo la seguí.

— ¿Quien de ustedes es la creadora de estas bellezas? - dijo esa voz femenina. Me giré despacio observándola.

¡Wow!

— Soy yo un placer - le extendí mi mano. Ella la tomo gustosa.

— Mucho gusto, amo realmente tus hermosos diseños

— Gracias - le sonreí ella me devolvió la sonrisa.

— Oh que mal educada, Soy Hurem un placer...

El Sumiso (Vixx Leo) \Hot/ {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora