parte única.

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Sus manos; sus suaves manos transitan por mi cuerpo explorando terrenos desconocidos, dejando su rastro por toda mi piel, quitando todo aquello que estorba.
Me acaricia los hombros descendiendo hacia mi cintura y siguiendo por mis caderas, erizando cada bello de mi cuerpo, produciendo corrientes cada vez que las yemas de sus dedos se quedan al límite de mi perdición.

Sus labios; sus tentadores labios llegan a mi cuello liberando su rastro por mis clavículas, yendo suavemente hacia mis pechos dejando su huella por mis aureolas rosadas y así bajando hasta mis caderas.

Abro mis ojos y me fijo en los suyos, deseo puro revelan sus pupilas declarándose como mi nuevo vicio, la lujuria del momento se reflejan en nuestros ojos tales como espejo.

Mis manos no logran quedarse quietas, no tengo control de lo que hacen, quiero y necesito tocarlo, perderme junto al calor de su piel.

Necesitada; necesitada de su piel, de sus besos, de sus caricias, necesitada de él.

Mis caderas se elevan en busca de las de él, mi pelvis se junto con la suya en un movimiento circular, produciendo fricción en nuestros cuerpos.

El deseo y la excitación flota por las cuatro paredes de la habitación.

Un gemido, dos y luego tres, todo esto me esta dando un placer que no conocía, sentía que perdía el poco auto control que me quedaba, mis manos se paseaban sin pudor alguno, mi boca se fusionaba con la de él en una forma exquisita, ya no podía controlar ni siquiera los pequeños gemidos que salen de mis labios.

Lujuria, lujuria es lo que expresaban nuestros cuerpos desnudos cuando comenzamos una danza.
Una danza que pronto se convierte en una lucha cuerpo contra cuerpo intentando obtener el control del otro, lucha que no se gana tan fácilmente.

Dos cuerpos sincronizados buscando el placer del otro, pero aun mas importante buscando su propio placer.

Un grito fuerte indica que la lucha ha terminado, se miran a los ojos intentando transmitir todo lo que sienten en ese momento, y se dan un beso declarando el empate, porque en luchas como estas no existe ganador.

lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora