Se acabó

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Capítulo corregido.

28. Se acabó.


P.V. Draco.

Dos semanas. Ya habían pasado dos putas semanas desde que Hermione había desaparecido y yo cada vez estaba más de los nervios. Todos los días iba a comer y cenar con mi madre a casa de los Granger, para después volver al Ministerio y con Potter y el resto de leones, y seguir buscando.

-Sigue sin saberse nada, ¿verdad? -me preguntó mi madre esa tarde, mientras caminábamos por esa, ya tan conocida, calle muggle.

-Pues Potter pensó que primero deberíamos buscar sospechosos -comencé, recordando el momento de esa mañana, en la que me propuso Potter la idea- Empezamos por Daphne Greengrass, ya sabes, por sus antecedentes con Hermione.

-¿Y qué ocurrió? -sonrió Narcissa, entrelazando su brazo con el mío- Aunque lógicamente, por ahí deberíais haber empezado.

-Con los nervios, madre... -sonreí, negando con la cabeza. Estaba desesperado por encontrarla, otra vez, y no tenía el cerebro para pensar, sino para actuar- A mí no me puedes pedir mucho, y el coeficiente intelectual de Potter no es que sea para envidiar. Resulta que Daphne no sabía nada, utilizaron veritaserum con ella y están seguros de que no mentía.

-¡Draco! -sonrió mi madre en un primer momento, pero pronto la sonrisa se fue evaporando tal y como había llegado- Seguimos como al principio entonces.

-No, estamos mucho peor -gruñí, acercándonos a la puerta de los Granger- La posibilidad de acercarnos a cualquier pista desapareció del mismo modo que llegó.

-Como pierdas las esperanzas no tienes nada que hacer -me regañó mi madre, mientras llamaba al timbre de los Granger- Mis nietos necesitan a sus dos padres, y no permitiré que te rindas tan fácilmente.

-Pero... -comencé a protestar, justo en el momento en que se abría la puerta.

-Ni pero, ni nada, date prisa en ir a buscar a Harry Potter y volver a buscarla -finalizó mi madre, dándome con la puerta en las narices. ¿Ni siquiera me iba a dejar ver a mis hijos? Venga hombre. Suerte que tal y como había dicho la medimaga, a la semana, gracias a las pociones, Rose se encontraba mucho mejor. Al menos... de eso si me había enterado.

Con un gruñido me di la vuelta y volví a recorrer el camino andado con las manos hundidas en los bolsillos y golpeando las piedrecitas que me encontraba en el camino. No podía ser tan difícil encontrar a mi leona, ¿verdad? Todavía tenía que ir a ver a Potter para planificar la búsqueda de esa tarde.

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P.V. Hermione.

Todo volvía a estar en silencio. Al igual que mi mente. A pesar de intentar pensar en algo para salir de aquí, no había manera de que se me ocurriera nada. A este paso, iba a ser más fácil que me evaporara de aquí y me condensara en mi casa antes de pensar un buen plan que me permitiera salir de aquí.

Unos pasos comenzaron a acercarse a mi puerta, por lo que me encogí en la esquina más alejada de la cama y me hice la dormida. Si era Krum, esperaba tener al menos una posibilidad de escapar de este mugriento sitio, con esa almendra por cerebro que tenía... supongo yo que sería fácil conseguir su maldita varita y noquearle para escapar... ¿no?

Dejamos el Pasado Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora