Memorias Oscuras

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Caso Hansel y Katrine:

   Estaba acostado en el frio piso de la celda, mañana el sería ejecutado por ser "Corrompido" y ni siquiera se sentía triste. Miraba el cielo nocturno por la pequeña ventanilla del cubículo de piedra fría donde lo metieron, podía ver todavía la casa donde vivió hasta los 13 años con sus padres y hermanos. Pero los recuerdos gratos se habían ido, sólo la veía en llamas como la ultima vez. No le importaba morir quemado cómo todos los "Corrompidos", realmente el no tenía miedo a lo que le esperaba. Su hermano era fuerte y poderoso, Henry sería reclutado en poco tiempo por los Vigilantes de la guardia.

    El no tenía mucho poder, era debil, tenía poca resistencia y su talento no era nada servible para reclutarlo. Era muy inteligente y con eso podía controlar a la magia con mayor precisión, pero científicos habían muchos cómo para dejarlo vivir.

   Tampoco quería, su familia entera se aisló para huir de ellos y el nunca sería uno de ellos. Estaba claro que la muerte era mejor opción, se reencontraría con su madre, con su padre, con sus hermano y hermana mayor. Aunque fuera en el infierno quería estar con ellos «Seguro el diablo es mas amable que un Vigilante» Pensó y se río, pero entonces antes de que cerrara los ojos y se durmiera un Vigilante abrió la puerta entrando en la celda para tomarlo del brazo y sacarlo de ahí. Llevaba una gorra ocultando su rostro, pero lo único en que se fijaba Hansel es que era muy pronto para que lo mataran.

—¡Suéltame, hijo de puta! ¡Mañana se me sentencia a muerte! ¡No pueden hacerme esto!- Gritaba Hansel, mientras forcejeaba para librar su brazo derecho.

—Eres un dolor de muelas, crío…— Se quejó una voz femenina muy dulce y melódica, aunque al parecer pretendía ser más hombruna.

    La joven se sacó la gorra dejando que su pelo rojo como la sangre le cayera sobre el hombro, Hansel quedo sin habla ante esa imagen y como no estarlo. Tenía a una chica despampanante— sin pretender serlo—, con ojos esmeraldinos centellantes, labios gruesos y perfecta nariz. Tenía en delante a una princesita de cuento de hadas, lo que por unos segundos lo dejó atónito, perdido en lo perfecto de su rostro. Katrine frunció el seño sabiendo exactamente que pensaba el castaño, conocía a los hombres y sabía bien los sentimientos repugnantes que les provocaba. Eso realmente la molestaba

—¿Que miras, flacucho?— Preguntó haciendo una mueca que no encajaba con sus femeninas y delicadas facciones.

—Lo siento...— Respondió, rojo al darse cuenta que estaba babeando por una Vigilante.

—¡Vamos!— Dijo la pelirroja con tono autoritario, tomándolo de un brazo sin que el opusiera más resistencia.

   La chica caminaba discreta y ágilmente, vigilando si llegaba alguien en todo momento y eso para Hansel fue suficiente para saber que ella no era una Vigilante. Katrine tomó el arma que llevaba oculta en sus vaqueros, miraba a todos lados con ojos de gato atenta a cualquier movimiento o ruido extraño, mientras Hansel la seguía nervioso y confuso por la situación en la que estaba.

    Katrine caminaba con cautela sin prestarle atención al chico, sostenía su arma lista para disparar si necesario. Al parecer no fue necesario lidiar con ningún Vigilante, seguramente no se habían dado cuenta que en dos celdas faltaba un "Corrompido", pero lógicamente sólo se sintió aliviada cuando estuvo fuera del lugar y mismo así no podía relajarse lo suficiente ya que no sabía si Eric aun estaría adentro con el mellizo del chico que había rescatado.

«¡Es sólo un crío de 13 años! ¡¿En que pensaba al traerlo aquí!?»

—Tal vez no sea buen momento, pero... ¿Qué está pasando?— Preguntó Hansel un poco avergonzado por preguntar algo tan obvió y sorprendido por verse libre tras dos semanas de encierro.

—Katrine se dio cuenta recién de su existencia, sus ojos eran penetrantes según la percepción del chico y le sorprendió ya que su mirar era de alguien que ya lo había visto de todo en esta vida y la joven se veía de su edad— Eres lento...— Dijo tras soltar un bufido que recordaría al de un gato.

  Le dio la espalda sin decir nada y Hansel ni se atrevió a decir una palabra más sintiéndose un tonto por primera vez, se quedo quieto en su lugar sin saber que hacer y aún estupefacto por sentirse libre.

—Oye ¿Eres retrasado verdad?— Le sacó de su mente la voz de Katrine quien se había subido a una moto seguramente robada— Ven sube ¿O prefieres que te cargué, princeso?— Insistió molesta a lo que el le hizo caso.




Alchemist: Angel #CarrotAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora