Creo que es una tradición que el primero de enero se coman 12 uvas y con cada una pidas un deseo o hagas una promesa.
Sara hizo una promesa hace un año prometió no tener ningún romance pero unas semanas después un muchacho le habló, en ese momento no significó nada era un chat más. Él parecía el típico chico del grupo que parece un One Direction.
Su nombre, Caleb. Un chico de 1.70, manos largas, un gran estilo para vestir según Sara. Lo que más le gustaba a Sara de él desde que lo conocio fue su cabello, aproximadamente 10 a 15 centímetros de perfección. Negro, negro cual plumas de cuervo y como olvidar a ese grupo de cabellos rebeldes que se quedaban eternamente parados, labios casi rosados pero un rosado que solo te hace querer besarlos, ojos... como describir los ojos de ese chico, cafés ese tipo de café en el que te pierdes y para terminar de enanorarte lentes de visión. Y ella, Sara, una chica ni tan alta ni tan baja, cabello hasta donde comienza el trasero, ojos color avellana y muy achinados, pestañas largas y pues para esos ojos se necesitan vitrinas. Ella usaba anteojos.
Empezaron a hablar sin más, en realidad habló porqué le gustaba una amiga de Sara y así comenzó su mejor historia de amor, la historia con su primer amor. Qué irónico ¿No creen?
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Conocernos a fondo no parece mala opción
RandomElla no lo hará con nadie más. Por que nadie la hará sentir de ese modo, nadie la hará pensar el sí como tú.