Beso de muerte.

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Miré casi de manera asesina a Josh luego de hacerme esa estúpida pregunta, pues él ya sabía que yo no era de las chicas que fumaban y no lograría hacerme cambiar de actitud ofreciéndome un cigarro. Estaba molesta, irritada y completamente confundida por lo que él había hecho en la selección, pues sigo sin entender el porqué de dicha elección, no entiendo porqué tuvo que elegir a Andrew. ¿Tendrán algo en común? Pues no tenía ganas de averiguarlo en estos momentos.

-Sabes que no fumo.
-Entonces, ¿juegas?- asentí de mala gana.- Vamos entonces.

Caminamos hasta la sala de la cabaña y allí ya se encontraban todos los chicos sentados en el suelo formando una ronda alrededor de una botella de plástico medio llena de jugo de naranja que de seguro habían encontrado en la nevera. Decidí acompañarlos, así que también me senté en el suelo, al lado de Josh.

-¿Quién comienza?
-La de la idea, por supuesto.- mencioné. Stella asintió y tomó la botella para luego hacerla girar.
-Thomas.
-¿Sí?- parecía fastidiado al preguntar aquello.
-Contesta, ¿quién es la niña más bonita en esta habitación?- las demás comenzaron a reír, seductoramente.
-No lo sé. Todas son igual de bonitas.- dijo de nuevo sin ganas.

Stella se levantó repentinamente y con una mirada de furia en sus ojos se acercó a Thomas, tomó su barbilla con una mano e hizo que este levante su mirada a la fuerza.

-Nunca..- frunció las cejas.- le digas..- lo acercó a su rostro.- eso..- le apretó la mandíbula con sus dedos.- a una mujer. ¿Entiendes?- él asintió, con miedo esta vez. Ella sonrió con ternura.- Perfecto. Ahora, ¿serías tan amable de responder?- él volvió a mover la cabeza en señal de afirmación.
-Jacklyn. Ella es la más bonita.- soltó, rápidamente.

Él no estaba hablando en serio, esa podría ser la estupidez mejor formulada que había escuchado en mucho tiempo. Al sentir tanta incredulidad se me escapó un risa apenas audible, pero lo suficiente como para que los chicos me miraran, confundidos y las chicas, furiosas. Stella me miró unos segundos, o mejor dicho, me recorrió con la mirada para luego girar y hacer lo mismo con Thomas. Se detuvo en sus ojos.

-¿Lo dices en serio?- preguntó ella, insatisfecha.- ¿Ella te parece la más bonita?
-Así es y no cambiaré de opinión.- contestó viéndome directo a los ojos sin siquiera parpadear una vez.

Pensé en la posibilidad de que él estuviese diciendo aquellas cosas sólo porque pretendía que le diera la oportunidad de explicarme lo que pasó esa tarde y que lo perdone de una vez por todas. Pero los halagos que sé que no son reales no funcionan conmigo en lo absoluto, así que si esa era su idea, pues no le serviría y estaría diciéndome cosas lindas en vano.

-Bien. Gira la botella, querido.- dijo Stella ya irritada por la situación.

Thomas obedeció enseguida lo que ella le había dicho que hiciera, pues ya no quería ponerla de malas. Bastante tuvo hace algunos minutos y, si yo fuese él, haría lo que me pidiera sin preguntar, sólo para que no fuera capaz de asesinarme cuando el juego acabe. La botella giró y giró y se detuvo en Bella.

-Dime, Thomas.- pidió con una voz provocativa hasta para mí. Él abrió los ojos con sorpresa y se apresuró a pensar en una pregunta.
-¿Cuál fue tu mayor vergüenza?- esta vez fue ella la sorprendida.
-Pues..- seguía sorprendida.- Fue cuando salí de mi casa a recoger el periódico y resultaba que sólo llevaba puesta una toalla..- todos la miramos extrañados.-.. en la cabeza.

Luego de escuchar esto todos comenzamos a reír pues ese si era un buen motivo para hacerlo. Aunque nadie nos garantizaba que fuera cierto y quizá ella sólo quería dejar su cuerpo a la imaginación de los chicos, reír sería más fácil que ponerme a amargar pensando cosas que sólo yo puedo suponer. Cuando todos bajamos el volumen de nuestras risas le tocó el turno de girar la botella a ella. Tomó dicha botella e hizo que esta diera vueltas en medio de nosotros y se detuviera en Josh.

-Josh.- él prestó atención.- ¿Qué prefieres: fiesta y alcohol o una conversación a solas?
-A solas por supuesto, viendo las estrellas y acompañados de un Lucky Strike.- sonrió, feliz con su respuesta.
-Genial..- ella respondió en voz baja y le sonrió.- Es tu turno..

Él aceptó el turno, tomó la botella y la hizo girar igual que los demás. Esta se detuvo en Jessica. Oh, pero qué inesperado. Esto se pondrá interesante, por más que me sienta mal por él, pienso que esto nos podría entretener a todos, incluyéndolo.

-Jessica.- ella lo miró, apenada pero sin que esto se note demasiado.
-Dime, Josh.- él bajó la mirada y se fijó en el movimiento de sus dedos.
-¿Qué es lo que más detestas?- preguntó aún en la misma posición.
-Que la gente no me crea.- él la miró para luego arrugar la frente en señal de que no había entendido aquella respuesta.- Tú no me creíste..

No puede ser. ¡Ya se prendió esta mierda!

-No hablemos de eso, Ewers.- dijo de mala gana. No se veía triste por lo menos sino molesto.- Sólo gira esa botella.

Ella lo hizo tal como él se lo había pedido. Quiero decir que de haber sido yo no le habría hecho caso, pues no permitiría que me traten de aquel modo. Siento lo que pasó pero no es para que un chico que se aprecie de serlo reaccione de ese modo. Solté un suspiro mientras los miraba a ambos y luego el juego continuó. Como había dicho Jessica hizo girar la botella y esta se detuvo en Andrew.

-¿Andrew, no?- preguntó la rubia, ya enojada por la situación anterior.
-Así es.- afirmó él, sin percatarse de que saldría de su boca la voz más sensual que había escuchado en todo ese tiempo. Gruesa pero increíble.
-Linda voz.- él trató de sonreír ante el cumplido.- Responde a esto como quieras.- él aceptó.- ¿Me besarías?- le sonrió.

Un segundo.. ¡¿Qué?! Se veía tan sincera cuando habló con Josh y ahora, de la nada y sin esperar siquiera un momento, pregunta si este chico la iba a besar. No puede ser tan tonta, debería ser un delito serlo.

-Yo..- los ojos de Andrew comenzaron a vagar por la sala, mirando tanto a Stella como a mí. No es posible.
-Oh, creo que no lo harías..

Pues ambas esperamos lo mismo, estimada Jessica.

-Lo haré.

¿Pero qué?..

-¿Lo dices en serio?- levantó una ceja en evidente coqueteo.- Hazlo entonces.

Increíble, simplemente increíble.

Pero para él fue más que increíble pues la besó sin necesidad de que ella le obligara a hacerlo. Ellos se besaron justo allí frente a todos, ella frente a Josh y, él frente a mí. No podía ser tan idiota. Él me había besado y ahora, ¿sólo lo hacía también con otra mujer? Pues se ve que las cosas estaban fáciles para él, ahora mucho menos sé qué es lo quería lograr estando tan cerca mío en la cabaña uno. Lo odio.

Y al ver el espectáculo, Josh se levanta y abandona la habitación. Sentí de nuevo la misma puntada en el corazón al ver lo mal que Jessica hacía sentir a Josh y fue nada más y nada menos que con el chico que él eligió. Vaya vueltas que da la vida. De ser la misma Jacklyn de siempre hubiese dicho: "Eso es lo que se ha ganado", pero me duele al igual que él ver lo que está mujer le había hecho más de una vez en el mismo día.

Impresionante.

Impresionantemente idiotas.

No quería seguir allí pues el ambiente se había tornado desagradable. Al igual que mi amigo Josh, me levanté del suelo y fui hasta la puerta, sintiendo todas las miradas sobre mí. No me importa. Seguí mi camino y salí de la cabaña para acompañar a Josh. Lo vi sentado en el pórtico de la misma y me senté para hacerle un poco de compañía si es que la necesitaba.

Él miraba la luna y las estrellas, y fumaba. Parecía tranquilo, se lo veía en paz. De vez en cuando sonreía pero no emitía sonidos. No me hablaba siendo que ya era consciente de mi presencia, lo cual me extrañaba pero no iba a interrumpir su charla con el cielo. Si él se encontraba bien creo que aprendería a estarlo también sin necesidad de que mencione una sola palabra. Miré el cielo al igual que él. Suspiró y volvió a sonreír como si de algo inevitable se tratase.

-¿Irónico no?- lo miré.- Estoy fumando para no morir..
-No morirás de amor, Josh. Nadie muere de amor.
-No del primero.

Volví a mirarlo, sus palabras era como dichas por la propia luna.

-¿Te encuentras bien?
-Ahora que estas conmigo, por supuesto.

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