***PREFACIO***
Lo único que podia recordar era su rostro. Su rostro lleno de miedo y confusión, sus ojos exhibian una llama de venganza. Me veian a mí. Su cuerpo se extremecia como si estuviera combatiendo sus deseos de no solamente golpearme pero hacerme pagar por lo que había echo. Sabía que yo no tenia la culpa; el único problema es que aparentemente nadie más en Dutchville parecia reconocerlo. Repentinamente no pudo contenerlo más y disparó el revolver que sostenia con su mano izquierda.
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*** I CAPITULO ***
Su mano subía apasionadamente por mi pierna y poco antes de terminar acarisió mi muslo; su mano se detuvo pero su cuerpo seguía consumido en la pasión que envolvia la habitación de su apartamento. -Landon, escapó de mi boca acompañado de un gemido más dulce que salvaje. Sus ojos se encontraron con mi pecho sudado y mis manos calientes, ahora se encontraba subiendo por mi cintura, era la mejor noche de mi vida. Mis ojos rápidamente notarón el brillo de sus pupilas rodeadas por un mar esmeralda; el también lo disfrutaba. Su bronceado cuerpo se balanceaba sobre mi piel palida y su cabello negro hacia de su rostro una obra exotica y excitante. Entre gemidos, oscuridad y calor la noche termino con una fuerte pero agradable caricia a mi rostro. En todas las noches que habíamos compartido, jamás habiamos disfrutado tanto esa clase de encuentro.
A la mañana siguiente mientras nos arreglabamos para seguir con nuestras rutinas laborales Landon sorpresivamente me rodeo por la cintura y me besó en la mejilla.
-Te amo. ¿Lo sabes verdad?
Aparte de su interrogatorio parecia nada más que un juego de cliché romantico afirmé con un beso en los labios que consumío toda duda.
-Katherine, dijo el señor Lockwood con un tono autoritario.
-Sí señor, respondí por impulso levantandome de mi escritorio y buscando contacto visual con mi superior.
-Quiero que te encargues de el evento de la nueva compañia de celulares, dijo el director de relaciones publicas, mi jefe.
Desde su punto de vista mi Phd. en relaciones públicas de la Universidad de Nueva York no estaba haciendo mucho por mi carrera así que se dedicaba a asignarme las tareas más simples solamente para hacerme sentir más miserable. Aun así me encantaba mi trabajo de especialista de RRPP. Landon era abogado, graduado de Hardvard así que aveces los dos teniamos una pequeña rivalidad que usualmente terminaba en una partida de UNO y una pelicula rentada. Nos habiamos acostumbrado a la rutina, despues de cuatro años de estar jutnos parecia que la espontanidad estaba reservada para los aniversarios y las visitas a sus padres. Un dolor agudo se acomodó en mi pecho al recordar vagamente a mis padres. El recuerdo de su muerte seguía merodeando por alguna parte de mi ser.
- ¿Katherine?, me recordó el señor Lockwood, en un tono que muchos considerarian inapropiado; yo ya estaba acoostumbrada.
Mi mente volvió a ubicarse en aquella oficina del quinto piso del bajo Manhattan
-Espero que hallas escuchado lo que te enmende, aunque no me sorprenderia que ni siquiera hallas notado mi presencia. Volvió a replicar el viejo.
-Sí señor, ya esta anotado y pendiente. Pero en realidad no estaba pendiente de eso, mi mente seguía pensando que cuando regresara a mi apartamento veria a Landon. Solamente estaba esperando su llamada usual confirmando que saldría a tiempo. 8:30, aún el teléfono se encuentra mudo e inmovil contemplando mi angustia desde mi escritorio.
9:00 - ¿Landon? Pregunté cuando finalmente respondió a mi llamada.
-Ve a 200 west 30th street, 10:45 dijo la voz de Landon y la llamada finalizó dejando una gran incognita colgada en el aire. Esto no dolía pasar. ¿Que pasaba con nuestra rutina? ¿Esta Landon a salvo? ¿Por qué su voz derrochaba miedo y arrepentimiento? Decidí agarrar mi abrigo y dirigirme a la extraña dirección.
-Son las 9:13, dije en voz alta. Landon especificó 10:15. ¿Pero si se encontraba en problemas? ¿Que hay en esa direccion? Tantas preguntas invadian mi mente, involuntariamente me encontraba en un taxi, dirigiendome a la direccion que esa voz quebrada me dio por telefono.
Es temprano, si algo anda más lo mataras. No te preocupes el no esta en problemas; con cuantas más mentiras llenare mi cabeza antes de razonar pero mi corazon seguia insistiendo en que estaba en problemas. El único hombre al que había amado, el hombre que compartia su cama todas las noches, ese hombre que creo perfecto a pesar de su rutina estaba en peligro, lo sabía.