Capítulo 11

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Hay un punto cumbre, un lugar al que llegas, una cosa a la que tocas, un pensamiento que te invade, algo que te hace repensar todo lo que ha sucedido en tu vida.

Algunas veces pasan como luces parpadeantes delante de tus ojos. Cada momento en que arruinaste una plática, cada vergüenza, cada risa o cada anhelo vuelve a tu mente. Usualmente, el arrepentimiento también te embarga, otras veces también satisfacción por los hechos, pero para Lexa habían más arrepentimientos que otra cosa. Y de igual forma, si tuviera que volverlo a hacer, lo haría... pero eso no quería decir que no empezara a buscar algo distinto.

Sabía que con cada acto de "vandalismo", hundía más el pie en el lodo, así que decidió darle un giro a su vida, intentar eso de ser buena y ver qué resultaba, pero antes tenía unas cuentas pendientes.

Se vistió con un suéter negro, un jean y unas zapatillas sucias del mismo color. Ya tenía la ubicación de donde se llevaría a cabo la "Zona muerta" esa noche.

Anya nunca llegaba a enterarse de sus andanzas por andar de viaje, así que esperaba que esta vez nada salieramal porque su hermana estaba en casa, jurando que ella estaría durmiendo en su habitación como buena chica. De cualquier modo, se había llevado a Murphy como refuerzo.

Una fábrica de cervezas abandonadas fue el lugar escogido para la ocasión. De día se veía mucho más tétrica que de noche cuando todo el mundo estaba ahí, bebiendo y apostando mucho dinero. Eco, la segunda del jefe, era la encargada de recoger todas las apuestas y de animar la batalla.

Habían encendido algunos pipotes de basura y de ellos emanaba un cálido fuego que le daba un toque más caótico a la escena

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Habían encendido algunos pipotes de basura y de ellos emanaba un cálido fuego que le daba un toque más caótico a la escena. La gente sabía que tenía que hacer un círculo en el medio apenas Eco sonara tres pitazos, anunciando que la pelea comenzaría dentro de nada.

Lexa y Murphy caminaban entre el bullicio de personas, moviéndose con habilidad entre ellos y con sus capuchas arribas, cubriéndole parte de sus rostros. Pasaban desapercibidos, lo que buscaban para llegar hasta el jefe y hablar directamente con él.

- Eh, preciosa. ¿A dónde vas? –Un tipo borracho la agarró por el brazo, pegándola a su cuerpo con una sonrisa asquerosa, como todo su olor.

- A romperte el culo si no me sueltas –lo sacudió de su agarre, no queriendo provocar una pelea innecesaria ahí mismo, pero el tipo insistió.

- ¿Por qué tan fiera? Diviértete, bebe algo conmigo –se le acercó a la boca y Lexa alzó su rodilla con fuerza, impactándola directamente a la entrepierna del borracho que se doblegó agarrándose sus partes íntimas-. ¡Pequeña zorra!

- Gran imbécil –le devolvió escupiendo el suelo frente a él.

Ambos amigos se alejaron, una riendo por los quejidos del tipo y el otro poniendo los ojos en blanco mientras decía:

Ángel | La amiga de mi hermana (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora