Después de la muerte de Armando, el hombre que me había amenazado con matar a mi amigo cuando tenia 16 años, apareció otro hombre llamado Paul Stone. Un hombre que no me forzaba a competir, pero aun así yo continuaba porque las carreras empezaron a convertirse en mi vida. Y me empezó a gustar correr contra hombres, ya que yo era la única mujer que competía. Las demás mujeres que podían aparecer en el lugar eran putas. Y yo no era una de ellas.
Después de aquel día en el que Armando me dijo aquellas palabras que se grabaron en mi mente "Corres para mi o él muere", mi vida cambio por completo. Desde aquel día nunca volví a derramar ni una sola lágrima por nadie.
Abrí los ojos poco a poco hasta acostumbrarme a la luz que entraba por las persianas. Cuando visualice que estaba en mi habitación pase mi mano por mi cabello y luego a mi cabeza, que parecía que estaba a punto de estallar. Me levante cuidadosamente ya que estaba mareada y camine hasta el baño. Una vez dentro me mire en el espejo, estaba despeinada y mi maquillaje estaba corrido. Al parecer aun seguía con el vestido puesto, camine hasta la ducha y gire la manilla para dejar que el agua empezara a calentarse ya que tardaba algunos minutos. Puse seguro a la puerta y empecé a quitarme la ropa dejándola en el cesto que había dentro de mi baño. Una vez que estaba desnuda me metí dentro y deje que el agua caliente mojara mi cuerpo. Un día de resaca se sentía bien darse un baño con agua caliente. Después de enjabonar mi cabello y mi cuerpo, me aclare y salí enrollándome una toalla alrededor. Abrí una pequeña ventana que había en el cuarto de baño para dejar que el vapor saliera. Salí del cuarto de baño quitando el pestillo y camine hacia mi armario. Me puse ropa de interior negra y luego empecé a buscar algo que ponerme. Decidí ponerme unos jeans negros que se ajustaban perfectamente a mis piernas, una camiseta gris que se caía por un lado de mi hombro y unas converse blancas. Deje mi pelo suelto para que se secara antes. Después deje la toalla en el cesto y me marche de la habitación para ir a desayunar algo ya que mi estomago rugía.
-Buenos días ____-escuche la voz de Christian mientras bajaba las escaleras.
-Buenos días cabeza de chorlito-dije caminando hacia él para darle un abrazo.
-¿Cabeza de chorlito?-preguntó mientras me acercaba a él.
-Si-dije antes de reírme y abrazarle fuertemente.
Después de abrazarle y darle un beso en la mejilla camine hacia la cocina para buscar algo para desayunar. Busque en los armarios un bol, una cuchara y los cereales. Luego me dirigí hacia el frigorífico y cogí la leche para ponerle a los cereales, acabe guardando todo, cogí mi bol y me dirigí hacia el salón a sentarme al lado de Christian.
-Me ha llamado Paul-dijo antes de coger el mando y cambiar de canal.
-¿Y que quería?-pregunté después de comer una cucharada de cereales.
-Quiere hablar contigo-dijo dejando de nuevo el mando encima de la pequeña mesa de cristal que había en medio del salón.
-¿Sobre que?-dije seriamente. Mire atentamente a la pantalla de televisión mientras notaba como Christian me observaba.
-No lo se, pero debe ser muy importante-dijo él.
-¿Cuándo quiere hablar conmigo?-pregunte antes de mirarle a los ojos.
-En media hora debemos estar en su club-dijo antes de coger su teléfono móvil para hablar mediante mensajes a saber con quien.
Después de cinco minutes acabe mis cereales y fui a lavar el bol a la cocina. Luego camine escaleras arriba hacia mi cuarto y una vez allí me dirigí al baño para lavar mis dientes.
-¿Ya estas lista?-me pregunto una vez que había bajado las escaleras. Asentí con la cabeza y luego nos marchamos.
Abrí poco a poco la puerta de metal mientras su sonido me daba escalofríos y pase dentro. Todo estaba oscuro en el pasillo, pero aun así seguí caminando. Mire hacia atrás para ver a Christian guardar su teléfono móvil en el bolsillo. Caminamos hasta el fondo del pasillo donde se podía ver en la puerta a dos hombres musculosos.