Pycho Heart.

1.- A crazy throwback.

Mis ojos fueron abiertos a tope al sentir una oleada de frío recorrer mi espalda desnuda.
Mi cuerpo entero dolía y no sabía el porque, realmente no recordaba que había ocurrido el día de ayer, no recuerdo haberme embriagado... ¡Mierda! Otro día sin saber sobre mí, ¿qué acaso ya no tenía uso de razón?
Siempre me pasa lo mismo. Llevo un día "normal", o por lo menos intentando que lo sea, pero de la nada mi cuerpo comienza a pedirme cosas extrañas, me pongo sumamente ansioso y después no sé. Es cómo si algo se apoderara de mi cuerpo y al llegar la mañana fuera yo de nuevo, o... ¿Ese era realmente yo? Algo está pasándome, o algo me pasó. Hace años que tengo estas sensaciones y alucinaciones, es tan frustrante. Hay personas dentro de mi cabeza que me orillan a hacer cosas que no debería, intento detenerme, pero cuándo estoy realizando las acciones indebidas es sumamente divertido y excitante en ocasiones. La mejor sensación.
Aún recuerdo hace seis años atrás, cuándo estaba con aquella maestra de historia universal que papá había contratado para mí. Recuerdo que yo odiaba la historia, y no se me daba ni un poco. Esa maestra me cuestionaba, y además me rechazo. A mi nadie me rechaza....

∆Throwback∆

-¿Jason? ¿Estás escuchándome?- la voz suave de la rubia resonó en mis oídos. Ya estaba harto de escuchar el chillido de su voz, no podía escuchar a la persona que dentro de mí intentaba decir algo, es una falta de respeto hablar cuándo alguien más ganó la palabra, y ella estaba siendo irrespetuosa al no dejarme oír a mis amigos.

-Callate, callate, estoy cansado de escucharte, por favor, haz silencio.- Murmuré entre dientes mirando fijamente la botella de vidrio que contenía su agua, con la que aclaraba su garganta para poder seguir fastidiándome con su horrible voz.

- Mira Jason, estoy aquí por un sueldo. Debo hablar para explicarte sobre el tema de hoy, ¿cómo pretendes que lo haga en silencio?- Cuestionó de una manera tan pacífica que hacía que mi odio hacia ella creciera de una manera impresionante.
Una voz en mi cabeza me pedía a gritos hacer algo para sacar esta horrible sensación de mi. Sentía que mi garganta ardía. Mi corazón latía al mil por hora, y mi cabeza estallaría en mil pedazos.
Me mecía en mi lugar intentando controlarme, quería sacar todo de alguna manera pero... ¿Cómo?

-Oye... ¿Estás bien?- susurró aquella mujer de ojos azules acercándose a mi sigilosamente. Se veía algo de preocupación en su mirada, y yo no podía más.

Las voces gritaban cada vez más fuerte en mi interior, haciéndome enloquecer.
Mis manos halaban mi cabello hacía los lados sin saber que más hacer, y cómo si no tuviese control sobre mí, comencé a gritar a todo pulmón.
Noté como Cindy, mi maestra comenzó a asustarse. Sus piernas retrocedían hasta que logró chocar con la pizarra, quedando sin escapatoria.
Como si mi cuerpo ahora no fuese mío, me levanté de aquel pequeño pupitre, comenzando a acercarme lentamente hacía su escritorio, donde se encontraba aquella botella, tan frágil.
Mi mano fue estirándose hasta poder alcanzarla. Una sonrisa de demencia se dibujó sobre mis labios, mientras paseaba mi dedo por la boca de la botella.

-Cindy... No lo tomes personal, pero es que yo odio la historia y... Más tu asquerosa voz.- suelto una pequeña risa pareciendo ser inocente, mientras disfrutaba sus expresiones de temor.
Podía ver sus largar piernas descubiertas en gran parte, temblar con continuidad.

- Jason... ¿Qué haces? ¿Te encuentras bien?- Su voz entre cortada salió por esas dos cuerdas de fibra en su cuello, que serían sólo basura en unos minutos más.

-Oh si, yo estoy perfecto... ¿Y tú porque tan nerviosa? - un pequeño puchero se forma en mis labios, ladeo mi cabeza ligeramente acercándome a ella poco a poco.
Deseaba mucho matarla de una buena vez.

-¿Qué piensas? ¿Qué haces? - volvió a cuestionar.
¿Qué acaso es tan estúpida para no notar que hacia? Quería hacer mi tarea con la tinta roja que corría por sus venas, cómo buen estudiante que soy.

-¡¡DEJA DE PREGUNTAR COSAS ESTÚPIDAS!!- grite tirando la botella en su dirección.
Ella fue ágil. Logró esquivarla, haciendo que la botella se estrellara en la pizarra y se quebrara en pedazos.
Suspire negando y me incline a recoger algún pedazo algo entero y filoso que encontré.
Me levanté y caminé hasta estar frente a ella, cerca, casi pegando su cuerpo con el mío. Sentía su respiración alterada, y me veía con una expresión inexplicable. Con mi mano izquierda apretaba el vidrio, sintiendo un ligero ardor en ésta. Miré mi mano y noté que me había cortado. La sangre comenzaba a salir de ésta con lentitud, era lo más lindo que mis ojos podían ver. Amaba sin duda la sangre, era tan... Mágica.

-Oh oh... Me he cortado...- mire sus ojos por un momento. Tomé el vidrio con la otra mano para acercar mi mano sangrada a su rostro.- Pruebala.- dije en tono autoritario y firme.

-Jason, basta, no lo haré. - chilló apenas audible intentando evadir mi mano, girando su cabeza.

-DIJE QUE LO HAGAS.- grité soltando una fuerte bofetada en su mejilla. No entiendo porque a las mujer les gusta molestar a los hombres, ¿no ven que es peligroso? Somos muy rudos a veces, pero es su culpa.

-Dejame ir..- lloró sobando su mejilla. Su rostro de terror me encantaba, era una de las sensaciones más extasiantes que podía experimentar.

No me importó nada. Mis manos la empujaron hacía el suelo, haciéndola caer fuertemente, resonando su cabeza en el suelo. Ahora yo no tenía control alguno sobre mi cuerpo, los movimientos que realizaba eran por sí solos.
Me senté sobre ella, al parecer se había desmayado, o eso creía. Claro, semejante golpe en la cabeza, no era para menos, más bien era para más que un desmayo.
Un pequeño charco de sangre que salía de su nuca se formó sobre el suelo. Sonreí contento al ver eso.
Admiré a la chica, realmente era linda, nunca me di cuenta de eso antes.
Me incline un poco comencé a besar sus labios, me molestaba mucho el hecho de que no me correspondía. ¿Que acaso ella no gustaba de mí? Maldita zorra.

-BESAME, HAZLO.- grité sacudiendo su cuerpo de un lado a otro. Ella no me respondía y eso me ponía más furioso.- JODER CINDY, BESAME.- grité de nuevo soltándola de una buena vez. Al ver que ella no me respondía decidí irme. Me sentía triste por su desprecio...

∆Fin de throwback∆

Era una estúpida.

Me levante de la cama y camine al baño con pereza sobre mi. En el suelo estaba mi ropa de ayer, aún tenía la sangre de mi perro, que asco, esa no me agrada.
Bufé rodando los ojos mientras sacaba mi bóxer para entrar a la ducha. Mi primer día en el instituto es justo hoy, y debo ir limpio. Me sentía algo ansioso por llegar y ver a la estúpida gente asquerosa, probar a las putas que rondan por esos lugares y drogarme con los idiotas que son rechazados en todos lados.
Sería un gran día.... Espero. Ser estudiante una vez más, será tentador... Conocer a cuellos nuevos que cortar, y encontrarme a una chica que comparta mis locuras conmigo, que me ame más que a ella misma, eso. Buscaré a alguien que me idolatre y no pueda vivir sin mí. Que me vea perfecto y que no quiera a nadie más.
Eso, iré allá y buscaré a una chica, la que a mi más me guste, ella tendrá que amarme, quiera o no...