You are just mine. [Psychotic#2]

Extra #1

Especial algo largo y por navidad ♡;

—¡Apresurate, cariño! —Shinka se detuvo y le indicó a los otros dos que siguieran caminando.

Asuka llegó corriendo donde su madre, la rubia le sonrió y la tomó de sus pequeñas manos.

—Todos ya están esperandonos —comentó con tranquilidad.

Asuka se quedó en silencio. Cuando llegaron, Shinka le indicó a su hija que se sentara junto a Reiji -quien la recibió con una sonrisa cariñosa y prácticamente los brazos abiertos-.

—¿Quién abrirá primero los regalos?

—¿Pero qué estupideces dices, Raito? ¡Obviamente Ore-sama!

—¡Pero yo quiero abrirlos primero! —chilló Kanato.

Ryu, quien había estado en silencio y contemplando la pelea de sus tíos, agarró su regalo más cercano y lo abrió pretendiendo hacer ruido.

Ayato lo miro mal al igual que Kanato.

—Este es para...—Raito hizo una mueca y luego sonrió—. Para mi pequeña Asuka-chan~

Se le acerco y se agacho a su altura para pasarle el regalo, y quizas tocar un poco más lejos que su suavecita mano.

Pero Subaru fue más rápido y le pego un manotazo.

—Te estoy viendo —gruñó.

Shuu se mantuvo en silencio, observando a su sobrina. Sus ojitos rojos brillando de ilusión y una gran sonrisa en su rostro, además que ese vestido la hacía ver demasiado adorable. Se relamio sus labios, de pronto quiso ver debajo de ese vestido.

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—¡Asuka-chan!

—¡Ya voy, ya voy!

Ryu bufo frustrado y espero a su hermana. La albina no se tardó ni cinco segundos en llegar.

Ambos hermanos fueron en silencio hacia la sala donde estaban todos, Subaru le indicó que se sentará a su lado y Ryu al lado de Raito.

—Cuando Asuka-chan sea más grande, yo le compraré un hermoso regalo~

—¿Así? ¿Cuál?

—Ropa interior de lencerí--—antes de terminar la frase, Shinka le dio un golpe en la cabeza.

Shuu de pronto le gustó el comentario de Raito, no sabía porqué. Pero le había gustado.

—Ya, ya, Subaru, pásame el regalo a tu lado —indicó Reiji. Subaru rodo los ojos y se lo paso.

Asuka había aprovechado el indecente comentario de Raito para levantarse e irse tranquilamente hasta Reiji.

—Es para ti, pequeña —murmuró el de lentes.

Todos siguieron abriendo sus regalos mientras Shuu los tenía a su lado amontonados. Pero no se estaba fijando en eso.

Su mirada estaba puesta fijamente en Asuka, que no mostraba la misma felicidad de los años anteriores, no mostraba el mismo entusiasmo. Suposo que era porque estaba creciendo y madurando.

No estaba usando un vestido como aquella vez, y ni siquiera tenía esa sonrisa. Pero le dio igual y siguió mirándola tranquilamente.

Claro, hasta que Reiji se dio cuenta y se acercó más la pequeña.

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—¿No estas emocionada?

La albina bufo irritada. No, no lo estaba.

—¡Alegra tu rostro, Asuka-chan!

—Ya cállate.

Ryu rió y Asuka se alejó para sentarse al lado de Kanato. Cuando todos estaban abriendo sus regalos, mientras Asuka los miraba con un gran aburrimiento.

—¿Has visto a Haruto? —le preguntó su hermano mientras al mismo tiempo le pasaba un regalo.

Shuu -quien estaba a su lado izquierdo mientras Kanato al derecho-, se removió y frunció un poco su ceño.

—Lo voy a ver mañana...—respondió vagamente sin expresión.

—¡Asuka-chan~! —chilló Raito, con demasiada curiosidad—. ¿Y ya tienes novio?

Asuka ni siquiera lo miro.

—Sí...

—¿Quién? —gruñó Reiji.

—Se llama Kou Mukami, llevamos seis meses de relación y nos amamos mucho.

Ayato rió burlón.

—Nunca te casaras con él.

—Vaya vaya, parece que alguien no estará invitado a mi boda.

Shuu intentó contenerse de suspirar de puro alivio; sí en realidad ése Mukami es su novio, iría hasta dónde se encontraba y lo destrozaría con sus propias manos. Además lo dudaba, Asuka era pequeña para ése Idol.

Pero ella iba a crecer y una angustia lo invadió; no iba a permitir ella tuviera novios, y si es necesario; los mataría él mismo, ya le bastó con saber que ya había dado su primer beso.

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—Vamos, linda.

Shuu le tomó de unas de sus manos y las entrelazo cariñosamente. Asuka se sonrojo y ambos caminaron hasta donde estaban los demás.

Reiji hizo una mueca y miro a otra parte de mala gana. Shuu intentó guardar esa sonrisa; Asuka era de él, así que no tenía porque acercarse de más a ella.

—¿Tienes frío? —le preguntó con suavidad cuando ambos se sentaron en el frío suelo.

Asuka negó con la cabeza, y Shuu miro con curiosidad la bufanda que llevaba puesta en ese momento; era de un color azul y parecía tejida a mano.

—En realidad Haruto me la regalo hace unos años...—contestó—. Pero nunca me la he puesto, además ha insistido bastante.

—Pues debo agradecerle a tu amigo —sonrió—, te ves bastante linda.

—Ojalá no le saques los ojos a alguien. —bufó.

Shuu rió e ignoró las miradas que le dirigían casi todos. Se inclino hasta la albina, cerca de su oído.

—Lo intentaré nena...pero no te prometo nada. Por cierto, ¿pediste algún regalo en especial?

—No, me da igual.

—Yo te tengo uno...—susurró y Asuka se volvió a sonrojar, e intento taparse la mayor parte de su rostro con la bufanda—. Pero no podre dartelo ahora. Tendrás que esperar.

Asuka casi se aleja de su lado por el perverso tono de su voz; pero Shuu la dejó en su regazo y le empezó a besar el cuello y hombros con delicadeza -y aún con todos mirandolos de vez en cuando-.